Detectives privados: De la ficción a la realidad

AutorLeonardo Tarifeño

Entre las notas del guión de La dalia azul (1946), Raymond Chandler subraya que los detectives privados pueden ser agradables o desagradables sin necesidad de cambiar de expresión. Será por eso que es difícil saber si el detective José Ernesto Altamirano, de la agencia INPRIPRO, es agradable o desagradable cuando dice que hizo unas averiguaciones antes de dar su testimonio para este reportaje.

"Me tomé el atrevimiento para confirmar que usted realmente trabaja en REFORMA", explica, con una calma de lo más inquietante; "espero que sepa comprender, pero en este oficio hay que ser precavido y cuidar la confidencialidad".

Lo que no aclara es hasta dónde llegó, algo esperable en un profesional del secreto. En realidad, muchas de las personas que actualmente son investigadas en México jamás se enterarán que alguien pagó por vigilarlos. Es el caso de las investigaciones "empresariales" y "laborales" (en las que una empresa sigue los pasos de un futuro empleado, antes de realizar la contratación), "industriales" (cuando se sospecha de un ejecutivo) o "crediticias" (encargadas por los bancos, para decidir si le otorga un crédito a un solicitante). No hay estadísticas al respecto, pero no parece improbable que todos, alguna vez, hayamos sido investigados. Unos, por pedir un crédito; otros, por buscar trabajo; y los demás, por llegar cansados a casa y quedarse dormidos a la hora en que se baten los récords mundiales de besos.

"Las investigaciones conyugales conforman el 80 por ciento de nuestros trabajos", señala Eduardo Muriel, ex policía que dirige la agencia Eduardo Muriel Melero y Asociados, fundada en 1962.

Muriel aclara que no hay precios fijos para estos encargos (puede salir entre 6 mil y 8 mil pesos, todo depende de las dificultades del área, el tiempo que se necesite y las pruebas que exija el cliente), y si algo le asombra es que sea una mayoría de hombres la que decide investigar a su pareja.

"El 60 por ciento son hombres, y esto no siempre ha sido así; hasta los 70, el 80 por ciento de la vigilancia era encargada por las mujeres. Pero todo cambió con la liberación femenina", se lamenta.

Altamirano agrega que la infidelidad ha registrado un aumento muy notorio en el último lustro. Con 12 años de experiencia laboral, se molesta cuando advierte la gran cantidad de casos de infidelidad que un hombre comete con otro hombre.

A otro detective, cuyo nombre exige mantener en secreto, lo que más le impresiona es la presunta falta de límites del...

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