Un Día en la Vida de.../ Un cibernético empresario

AutorAlain Derbez

No es de Mozart que has de leer, advierto. Lo que sigue es la respuesta que envié a una mujer que no conozco y que me quiso convencer cibernéticamente de las bondades de votar el domingo por "tal", denostando a "cual", simplemente porque aquél -a quien en igual desequilibrio y don de lenguas unos anuncian como "Fox populi Fox dei" y otros como "Fox sucks" y "Fox you"- sí es Empresario y sí ha estado siempre en la Iniciativa Privada, desde donde ha generado empleos para todos los mexicanos a su alcance, y éste, Político Profesional al fin, se la ha pasado buena parte de su vida mamando a su antojo -ya en México, ya en Portugal- el Presupuesto, en la total inconsciencia burocrática de que también las nodrizas se hartan y nada más promete sin saber. Escoge, sugería la invisible y convencida correspondiente, para satisfacer antes que nada tu sed de sufragio: o bondadosa chicha o malhadada limonada.

Escribí pues y remití a mi posible lectora a los escritos en catalán y en castellano de Ignacio de Llorens y de Fernando Savater: Afirmar, sin el menor empacho, que los empresarios son creadores de puestos de trabajo, es -¡oh Perogrullo!- como aseverar que las guerras -salvo las del cerdo documentadas y descritas en libros que resultan de suculento acceso por Marvin Harris y Adolfo Bioy Casares- se declaran entre los Estados para paliar los excesos poblacionales. Salta a la vista que una guerra en todos sentidos nos hace menos, pero ni el más aferrado de los seguidores decimonónicos de Malthus se habría atrevido a sostener que las guerras se organizan para que no nos toque ir parados en el camión hacia la chamba. Las guerras estallan, asuntos del poder y exigencias hoy de la rentable industria armamentista, por motivos económicos, ideológicos, religiosos, etcétera. La lamentable e inevitable consecuencia es la pérdida de vidas. Y, efectivamente, se produce como resultado del enfrentamiento, una disminución de la población, lo cual, en época de apeñuzcamientos y apreturas para algunos resulta positivo. El cinismo no ha llegado a tanto -no a todos al menos- como para canonizar a tal o cual asesino en el poder como san Demógrafo de las Justas Medidas. Sin embargo, el cinismo o la obnuvilación han tornado tópico propagandístico dominante la idea según la cual los empresarios (como "tal") son "creadores" de puestos. Los empresarios en su mayoría -¿es que hay que recordarlo?- organizan sus empresas con la única intención -aristotélicamente crematística- de...

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