LA DIABLA / Sueños para despertar

AutorVera Milarka

Para Isis y Darío.

Quien conserva su imaginación, nunca estará solo.

Cuando salimos todavía estaban en shock, como instalados en la negación de haber sido descubiertos, si no ellos al menos sus miedos, sus terrores nocturnos, su relación con esa "clase" de amiguitos que nadie ve más que ellos. El inquisitivo interrogatorio de ¿le entendiste? ¿te gustó?, resultó inútil, fueron tocados profundamente y guardaron para sí su sentimientos; las trivias intelectuales son cosa de adultos, no de niños.

Alphonse, del dramaturgo libanocanadiense Wajdi Mouawad muestra en un monólogo de un puberto (a veces niño y otras adolescente) ese tipo de historias fantásticas que los adultos denominamos despreciativamente: "mentiras", "hipocondrías", "inventos", "visiones", "mitomanías", porque es evidente que los adultos hemos perdido la capacidad de refugiarnos en las metáforas ocultas de la vida. Hemos dejado de sorprendernos y dejado de jugar; hemos matado -con el olvido- nuestro niño interior, y con él la vida de todos los niños.

Mouaward ha llamado la atención del mundo, de nuevos y crecientes espectadores del buen teatro porque su obra toca las principales heridas del hombre contemporáneo, desde su propia juventud, de donde parten obras como la de Alphonse, ha dejado constancia de una adolescencia adolorida donde se reconocen los nuevos abismos entre padres e hijos.

Este autor cuya infancia vivió en Beirut para luego formarse en París y más tarde cohesionar su carrera en Québec, cimbra con su franqueza artística, más allá de reconocimientos, él es únicamente súbdito de la verdad teatral; cosa rara en un medio donde se escriben premios y no obras de teatro.

Por eso esta puesta de Boris Shoemann, que ya ha recorrido diversos foros en la ciudad de México y que abrió temporada en el Teatro Casa de la Paz de la UAM, es decididamente una de las propuestas más sólidas de Los Endebles, una compañía que se sostiene por la seriedad con la que asumen cada reto; sabemos que Shoemann no permite distracciones ni se ahorra esfuerzos.

Boris ha distribuido este monólogo repartiendo el parlamento entre cuatro actores (Hugo Arrevillaga, Bernardo Gamboa, Angélica Rangel y Mahalat Sánchez), que lo mismo son madre, padre, hijos, Alphonse o su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR