Diario de fatigas / Mixcoac y Coyoacán

AutorChristopher Domínguez Michael

Octavio Paz recupera Mixcoac en 1971. Es el pueblo donde pasó su infancia y adolescencia, ya convertido en un barrio más de la ciudad de México y donde todavía a principios de los años 70 vivía su madre: "Camino hacia atrás/ hacia lo que dejé/ o me dejó/ Memoria/ Inminencia de precipicio", se lee en "Vuelta". La memoria, una vez más, lo precipita en la Historia: recuerda aquel trabajo suyo de juventud contando, en el Banco de México, los billetes condenados a la incineración. La mención al dinero -como toda su generación, Paz es anticrematístico- lo lleva a otras servidumbres, como la de la Iglesia Cívica que gobierna México, simbolizada por los "licenciados zopilotes", esa omnipresente multitud de abogados al servicio de los corrompidos regímenes de la Revolución.

"A la mitad de la frase" es otra muestra, durísima, de la fatal caída en la historia porque nacer es caer: "nacicaída", la llama Paz. La caída está ligada a la muerte de su padre alcohólico, abogado zapatista arrollado por un ferrocarril en 1936, que ejemplifica la caída en la historia propia del tiempo de las revoluciones: "Nuestros oráculos son los discursos del afásico, nuestros profetas son videntes con anteojos", dice en ese mismo poema, donde se concluye con la "Historia, basurero y arcoiris, lenguaje despedazado".

La Ciudad de México, tal cual aparece en "Petrificada petrificante", es el escenario ideal para que el poeta ejerza como "jardinero de epitafios". Llamada "Pecho de México", "escalera de los siglos", "desmoronado trono de la ira", "ombligo de la luna", su ciudad natal comparte con la Nueva Delhi de Ladera Este, su condición de urbe virreinal y sedienta condenada a abrazarse, molida por el polvo de la historia. Para Paz, el agua ausente es sinónimo de regeneración: "¿Dónde está el agua otra?".

"Nocturno de San Ildefonso" continúa "Vuelta" y la profundiza, como Pasado en claro le da su máxima potencia a todos los poemas memoriosos. Se insiste en la característica caída, viene la noche y aparece "México hacia 1930" en el cual el joven poeta se abre paso hasta el antiguo Colegio Jesuita de San Ildefonso, sede de la Escuela Nacional Preparatoria donde Paz cursó sus estudios. Antes de llegar al vecino Zócalo, la gran plaza que siempre es para él magma de los recuerdos, se aparecen los adolescentes venidos de las novelas leídas como alimento terrestre formativo, lo mismo el Julien Sorel stendhaliano que Aliosha Karamázov. Testifica una higuera cuyo tronco está abierto...

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