'Ya hasta dice gracias el canijo'

AutorDaniela Rea

Carlos Mariano, de 2 años de edad, ha olvidado "malas palabras" desde que entró a la estancia infantil "Mujeres Trabajando" hace más de ocho meses.

A las 9 de la mañana llega con su mamá, quien lo dejará ocho horas mientras se va a trabajar como vendedora ambulante.

"El niño estaba acostumbrado a tratar con vendedores ambulantes, camioneros y cargadores, y aprendió puras groserías. Andaba como pollo por todos lados y yo no podía cuidar lo que le pasaba o lo que aprendía", dice Belén López, su madre.

Acá, en la estancia, dice la joven de 23 años, aprendió a decir palabras como agua, baño, comida y juguete. También a ir al baño, a comer solo y a jugar con otros niños.

"Lo he visto más despierto, con más ganas de hacer cosas porque está con niños de su edad, dice al compararlo con aquellos momentos en que era muy calmado y callado, porque nadie le daba atención o platicaba con él.

"Yo no podía ponerle atención y tampoco vender a gusto porque siempre traía el pendiente de si lo robaban o atropellaban", dice con un poco de prisa por irse a trabajar.

Cada mes paga 150 pesos por el servicio de la guardería, además de 10 pesos diarios para que le den desayuno caliente, como sopes de frijoles con queso y atole...

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