Dificulta el secretismo rastreo de extraviados

AutorAntonio Nieto

Los secretos que las familias guardan o que sus seres queridos no comparten dificultan su búsqueda en casos de desaparición.

El Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ), tiene abiertos un total de 3 mil 410 expedientes por personas ausentes, ha localizado 10 mil 479 en seis años, sin embargo, batallan con insuficiencia de personal y problemáticas culturales.

Un dato no revelado por la familia del desaparecido puede ser crucial para su localización, consideró en entrevista María de los Ángeles López Peña, Subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito.

En muchas ocasiones, aceptó la funcionaria, los parientes omiten que la persona ausente padece problemas sicológicos, adicciones o que se había suscitado un conflicto que pudo hacer que huyera, como puede ser maltrato en niños.

"Las familias pueden tener la visión errónea de no decir si mi hijo o hija tiene una relación con alguien que desapruebo, entonces no lo digo; tampoco si tiene padecimientos sicológicos, Alzheimer o adicciones, porque creen malamente que entonces por eso no los vamos a buscar.

"Sucede también que los padres ignoran amistades de sus hijos, no hay comunicación asertiva, a veces hay entorno violento y lo omiten; en muchísimos casos ni siquiera admiten que es su familiar que ya encontramos y que no quería ser encontrado", explicó López Peña.

Resaltó que una persona puede ser rastreada por 100 de CAPEA, cuyos expedientes no son cerrados nunca, e incluso hay personas que se ausentan, son hallados y tiempo después vuelven...

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