Un Diluvio muy personal

AutorBerenice Andrade

Jaramar Soto, la cantante, poeta, investigadora, pintora y escultora jalisciense no lo quiere ver como transición sino como pauta: Diluvio, su décimo disco, representa el inicio definitivo de su faceta como compositora y el atrevimiento más obvio en busca de nuevas sonoridades en su estilo.

Después de una carrera de 16 años recuperando canciones antiguas y trayéndolas al presente por medio de arreglos contemporáneos, la artista se aventuró a probar suerte con sus propias creaciones, e incluyó cinco en su nueva producción, la que presentará este viernes en el Lunario del Auditorio Nacional.

Ya en su disco anterior Que mis labios te nombren (2006) había dado avisos tímidos del nuevo rumbo de su carrera con la inclusión de una canción de su autoría. Admite que después de Diluvio, en un siguiente disco, las reinterpretaciones históricas serán, ahora sí, cosa del pasado, porque ya no puede dar marcha atrás en su nueva faceta.

"Cada disco mío marca un momento determinado de mi búsqueda de qué es lo que quiero ser y hacer en la vida, y cómo lo puedo decir a través de la música. Yo creo que lo más lógico es que el próximo disco tenga sólo canciones mías", explica la cantante.

Seguidora de una rigurosa disciplina temática a lo largo de su carrera, Diluvio gira en torno a la idea de la muerte pensada en diferentes posibilidades como la ausencia, la falta y la confrontación. El tema le vino justo al giro profesional, y es que, dice, exponer sus propias canciones hace a la producción más íntima y una suerte de confrontación.

"Creo que lo he podido hacer ahora porque tengo claridad de muchas cosas: es una confrontación mayor conmigo, porque es un disco muy personal".

Maestra del mestizaje musical, Jaramar comenzó a...

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