EN EL DINERO / Al filo de la navaja

AutorJoel Martínez

El desplome de la economía en el 2020 es de todo el mundo, por ello, no debe sorprendernos la caída del PIB de abril de 19.7 por ciento anual (medido por el IGAE).

Por ejemplo, la OCDE en sus últimos pronósticos de crecimiento presentados el 10 de junio, proyectó que en el primer semestre del 2020 el PIB de México va a caer 12.4 por ciento, el de Estados Unidos 13.6, el de Brasil 14.4, el de Reino Unido 20.6 y el de España 23.3, entre otros.

El país mejor librado es Corea, con un desplome de 5.2 por ciento en el mismo periodo.

Más bien habría que ver las consecuencias de las casi nulas políticas anti ciclo tanto monetarias como fiscales del Gobierno y del banco central, y ver por dónde podría venir la recuperación.

El Gobierno mexicano tiene programado destinar a sus programas de apoyo fiscal el equivalente a 1.5 por ciento del PIB, pero las medidas de apoyo anunciadas el 3 y el 20 de marzo por Banxico (gran parte en coordinación con Hacienda) equivalen al 3.3 por ciento.

Sinceramente la parte fiscal es muy pobre, comparada con países pares como Brasil, Argentina, Chile y Perú.

Hasta ahora, las medidas de Banxico se han limitado a subastas de créditos con base en la línea de swap que tiene con la Fed, venta de coberturas cambiarias que se pagan con diferenciales cambiarias y permutas de plazos de la deuda de Gobierno.

Además de reducciones de los coeficientes de encajes a la captación bancaria y baja de tasas con uso de colaterales de algunos bonos privados, para disposiciones de liquidez de los bancos con el banco central.

Todas han contribuido a evitar un crunch crediticio de grandes dimensiones y tienen sus efectos positivos cuantificables.

Pero hay una parte de la política anti ciclo que se ha quedado olvidada, que para mí es muy importante, y es el otorgamiento de créditos de Banxico a las empresas, quizá avalados en parte por la banca de desarrollo.

O sea, el uso de la hoja de balance.

Estoy de acuerdo en que no hay que exigir la agresividad de la Fed (que puede anunciar compras de bonos corporativos bajo ciertas reglas, por 750 mil millones de dólares), pero sí, posturas como la del banco central de Chile que aplicó dos programas de 8 mil millones de dólares cada uno, el primero para bonos bancarios y el segundo para bonos corporativos.

Cojear de esa parte tiene como consecuencia lo que estamos viendo: muchas empresas, como antier Aeroméxico, que se...

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