Disertaciones / David enseñando a Goliat

AutorRoberto del Cueto

Los intermediarios financieros que se ocuparon por años del otorgamiento de créditos hipotecarios para la adquisición de viviendas fueron los bancos. En ocasiones lo hicieron por voluntad propia en cumplimiento de su objeto social. En otras, en cambio, fue necesario que las autoridades diseñaran esquemas para obligar o motivar a la banca a participar en este tipo de financiamientos, particularmente tratándose de aquellos referidos a viviendas populares, de bajo precio, mejor conocidas en el pasado como de interés social. Estoy hablando de los últimos 30 ó 40 años del siglo pasado.

A los bancos se les llegó a obligar a prestar para el financiamiento de la vivienda de interés social, en la época de la llamada canalización selectiva del crédito, esquema legal conforme al cual las instituciones de crédito debían destinar parte de los recursos que captaban del público al otorgamiento de ciertos tipos de créditos, los cuales se identificaban como cajones de canalización selectiva u obligatoria de créditos. Así, había cajones para la agricultura, la pequeña industria y, desde luego, para el financiamiento a la vivienda de interés social y de tipo medio. Esta fórmula con el tiempo se abandonó por diversas razones, pero permaneció viva la que fomentaba el financiamiento a la vivienda popular.

El esquema de estímulo operó a través del FOVI, fideicomiso establecido en el Banco de México que otorgó créditos a los bancos en condiciones de plazo, tasa de interés y garantía favorables, de tal manera de animar a esas instituciones a otorgar crédito tanto para la construcción de la vivienda, como para la adquisición de la misma.

Paralelamente, con motivo de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, surgieron en nuestro País las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles), mismos intermediarios que como su nombre lo indica se dedican a otorgar crédito para un propósito determinado, caso del crédito para la compra de equipo de transporte, la adquisición de automóviles o la construcción y adquisición de la vivienda. Con el tiempo las Sofoles hipotecarias fueron desarrollándose adecuadamente y demostrando en la práctica que gracias a un mejor sistema de originación de los créditos y un mejor esquema de cobranza de los mismos, podían competir exitosamente con los bancos en este campo.

Posteriormente, con motivo de la crisis bancaria iniciada en 1995 los bancos experimentaron importantes quebrantos en su cartera de crédito hipotecario...

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