Disertaciones / ¿Serán los altos precios?

AutorRoberto del Cueto

Las autoridades poco han podido hacer para erradicarlas por lo que crecen como la espuma. Sin embargo, comienzan a verse algunas soluciones que pueden contribuir a atenuar este grave problema.

Todos sabemos lo que está pasando. Según estimaciones oficiales la economía ilegal representa ya en nuestro País más del 12 por ciento del Producto Interno Bruto. De la población económicamente activa, casi 13 millones trabajan para la economía formal, en tanto que quienes lo hacen para la informal son aproximadamente 12 millones de personas, con la circunstancia de que esta última crece a tasas más altas.

En la economía ilegal se expende de todo, particularmente películas y discos piratas, programas para computadoras, bebidas alcohólicas y, más recientemente, aunque parezca increíble, hasta gasolina, que ha sido previamente robada a Pemex, empresa que se ha visto obligada a crear un centro maestro para combatir el mercado ilícito de combustibles.

Buena parte de los artículos que se expenden en la vía pública sin control gubernamental de tipo alguno, es mercancía pirata, esto es, han sido fabricadas por personas que no tienen derecho a ello ni mucho menos a usar las marcas correspondientes. En otros casos la mercancía procede simplemente del robo, como ocurre con las gasolinas. También se da el caso del llamado contrabando documentado o técnico. Esto es, aquellas mercancías que pasan "legalmente" por las aduanas, pero bajo pedimentos de importación que contienen información falsa, en los que se subvalúa la mercancía que amparan, se simula que procede de un país distinto al verdadero o se emplean otros mecanismos semejantes para introducirla al País.

Lo anterior permite que las mercancías involucradas puedan comercializarse en las calles a precios irrisorios, en comparación con los que alcanzan las originales. Esto es especialmente cierto tratándose de los programas para computadora, las películas, los discos de música y las bebidas alcohólicas. En estas mismas páginas he leído que, en el centro de la Ciudad de México, programas para computadora que cuestan 45 mil pesos pueden encontrarse en su versión pirata a sólo 50 pesos, y que existen en la República Mexicana 18 mil puestos dedicados a la venta de películas y discos de música ilegales. Estas últimas mercancías también alcanzan precios muy elevados en su versión legal, en algunos casos más de 300 pesos, y pueden adquirirse en los puestos callejeros entre 15 y 30 pesos.

Al ver estas diferencias tan...

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