Documenta Ochoa trabajo de altura

AutorOscar Cid de León

Dentro de una cuadrilla de cuarenta albañiles que trabajaron en la construcción del segundo piso del Periférico, entre ellos "El Chómpiras", "Pollo", "Chabelo", "El Chip", "El Mara" o "El Guapo", destacaba la presencia de un elemento al que todos miraban con recelo: "La Güera", quien no era precisamente uno de ellos.

"La Güera", en realidad, era una chica, una "niña bien" de ojos azules que buscaba ganar su aceptación, primero, y después su confianza. ¿Pero qué confianza podría despertarles la intrusa?

"Fui muy necia", relata en entrevista Ana Lorena Ochoa, "La Güera".

Como ellos, concentrada incluso en no ceder a las provocaciones que pudieron desatar los infaltables piropos, se le podía ver entre varillas y mezclas, o arriba de trabes, escalando columnas y "ballenas", pero su objetivo no era precisamente contribuir a la construcción del segundo piso, sino registrar fotográficamente el proceso justo cuando Juan Carlos Rulfo grababa su documental En el hoyo, ganador en 2006 del premio al mejor documental durante el festival de Sundance.

Cuatro años después, el trabajo de Ochoa, consistente en una amplia serie de panorámicas y retratos en blanco y negro, encuentra salida a través del libro de arte Ciudad Concreto (Cresce Consultores, 2010).

Se trata de un homenaje a los albañiles, la "fuerza bruta" de México, precisa la autora; un tributo a un esfuerzo muchas veces invisible.

"Cuando uno pone atención en la cotidianidad, en lo ordinario, uno encuentra lo extraordinario. Y eso pasó aquí: puse atención en cada uno de los trabajadores, les di su lugar, respeté su trabajo sin invadir su espacio".

Al final, cuenta, se convirtió en uno de ellos: "La Güera" hombro a hombro con "El Grande", "Peter Pan", "El Feo", "El Travesti" o "El Jarocho", también miembros de la cuadrilla, más Humberto, Margarito, Vicencio, Gerardo, Agustín, Natividad, José Juan o Pedro... El terco Pedro.

Y es que Ochoa fue puesta a prueba por éste último, quien sin reparo la retó a ser uno de ellos y trepar a lo más alto de las obras: "A ver si tanto, Güera".

Elena Poniatowska, en la introducción del volumen, señala que no fue fácil ganar la confianza de la cuadrilla "Pedro no tenía por qué querer a Ana Lorena con su cámara al hombro, su cabello largo, sus ojos azules, sus buenos jeans, su chamarra, su piel de niña cuidada, su sonrisa Colgate, su camioneta estacionada en...

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