La dolce vita: Una fantasía bailable

AutorMartha Silvia Sánchez

El caso "raro" del Ballet del Gran Teatro de Ginebra es Marcel Quillévéré, un bretón con algo de celta y de gallego, cantante de ópera y un saltimbanqui en su estilo de vida, quien funge como el director adjunto de esta compañía hace 5 años al lado de Reneé Auphan. Verdaderamente se nota que Marcel sí es raro hasta para describir a La Dolce Vita, la coreografía estrenada hace 15 días en Ginebra que llega a México como uno de los platos fuertes del XVII Festival del Centro Histórico.

Imagínese una "fantasía coreográfica" o "cine-dance", apartada totalmente del ballet clásico. Es danza moderna y contemporánea, con bailarines a quienes por fin se les escucha hablar con una coreografía tipo "Pina Bau9ch-Cantinflas" por el humor que posee, con una estética kitsch, por la secuencia parecida al music hall y un leve 'just touch' de Fellini. "La gente pasa una hora y media con recuerdos de carreteras con vespas en las afueras de Roma. Amoríos en los pequeños pueblos de Roma, con campanas en la media noche, ruidos de grillos, olor a romero y a pino silvestre", explica Marcel Quillévéré.

La coreografía de La Dolce Vita está inspirada en la película de Fellini, sin ser un clon de ella, y es el resultado del 'work in progress' que Laura Scozzi, la coreógrafa, realizó junto con los 27 bailarines. Scozzi se hizo famosa por su aportación coreográfica en la Opera de París, al mezclar música barroca con una coreografía de hip-hop-dance.

"Cuando vimos sus coreografías pensamos en ella para la dirección, con el fin de hacer un ballet extraño y fuera de lo común"

Si hay que definir el estilo de la coreografía de La Dolce Vita, Marcel Quillévéré dice que es un guiño al music hall pero con humor, un saludo a la cultura kitsch, a la cultura camp y hay chusmería de arte.

"Son secuencias como en el music hall, dance tipo Broadway y danza moderna europea. Es un popurrí de cine-danza lleno de recuerdos, nostalgias y sketches". En cuanto a la mezcla de bailes menciona las parodias al ballet chino actual y una muy conmovedora donde un hombre baila con tutu o la de El Travestí que va al mercado y que tiene un parecido a Priscila la Reina del Desierto.

Marcell Quilleveré subtitula a La Dolce Vita como Sueño de una Noche de Verano en la Italia de los años...

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