Los dolores de Padierna

AutorAriadna Bermeo

Desde que René Bejarano salió de su casa, a las 7:35 horas, la diputada federal Dolores Padierna estuvo al pie del cañón junto a su esposo.

Lo acompañó en la atropellada salida de su domicilio; rodeados de decenas de reporteros y simpatizantes, abordaron su camioneta Windstar y se dirigieron a la Plaza Guadalupe Victoria, frente a la Cámara de Diputados, donde Bejarano ofreció una conferencia de prensa.

Padierna se sentó junto a los asistentes, y un par de veces le mandó tarjetas a su marido en las que le recomendaba dar el mensaje de que la gente se puede equivocar, pero lo importante es rectificar.

Luego, la diputada ingresó al salón de plenos de San Lázaro y se acomodó en su curul, ahí esperó, junto con una de sus hijas y una sobrina, el inicio de la...

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