Domina alta tensión al pleno

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La sesión de ayer en la Cámara de Diputados, la cuarta que incluye un debate sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro y la resistencia del Sindicato Mexicano de Electricistas, estuvo dominada, para decirlo con la metáfora obvia, por la alta tensión.

Varias veces, de distintos modos, ese asunto apareció a lo largo de la sesión que se inició a las 11:20 y terminó a las 17:40.

Su momento principal fue anticlimático. El diputado petista Jaime Cárdenas propuso que la Cámara iniciara una controversia constitucional contra el decreto del 11 de octubre, emitido por el Ejecutivo sin cumplir el trayecto legal para extinguir un órgano paraestatal. Pidió que el asunto se considerara de obvia y urgente resolución y que la votación respectiva fuera nominal, registrada en el tablero electrónico.

Por la negativa, es decir, por no darle ese tratamiento privilegiado, votaron 298 diputados, sobre todo de las bancadas del PAN y el PRI; votaron a favor 84 y cinco se abstuvieron. No hubo, por lo tanto, debate alguno sobre el pedido de acudir a la Corte.

El asunto no fue cancelado, sino remitido a la Junta de Coordinación Política. Pero el proponente y sus compañeros lo asumieron como una derrota definitiva, y en consecuencia sus oponentes lo tomaron como una victoria.

Para llegar a ese punto se efectuaron varias reuniones de los líderes de las bancadas. El centro de atracción era la curul del coordinador priista Francisco Rojas, a quien acompañaba Jorge Carlos Ramírez Marín, atento a que se cumplieran los términos de los acuerdos sobre el tema eléctrico y electrizante.

Se aproximaron en distintos momentos Josefina Vázquez Mota junto con Roberto Gil, de la bancada albiazul, y Alejandro Encinas, del PRD. Lo hicieron también Gerardo Fernández Noroña, Jaime Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, los petistas que promovían el abordamiento de la controversia. Poco después de la una de la tarde los más de ellos se reunieron "tras banderas", la oficina de negociaciones situada a espaldas de la Mesa Directiva.

Los promoventes de la controversia estaban inquietos e irritados. En vez de que se presentara el resultado de las deliberaciones de la comisión encargada de determinar si era o no viable la controversia -omisión que en varios momentos fue reprochada a la Mesa Directiva y a la Junta de Coordinación Política- se había dispuesto una mesa de firmas para que, si se reunían 251, quedara aprobado iniciar la controversia, extremo imposible de alcanzar.

Tarde advirtieron su...

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