DOMINGRILLO

AutorMarco Antonio Flota

Soltó Cordero la chanza de que ha aumentado el mínimo su poder adquisitivo y redujo al mínimo su chance adquisitivo del poder.

Ya antes había declarado Ernestito lo de los 6 mil pesos que alcanzan para pagar hipoteca de casa, letra de coche, colegio privado de los niños, aunque no para comprar en la tienda de Beverly Hills donde se surten reyes como Juan Carlos de España, Príncipes como Guillermo de Inglaterra y el plebellísimo Enrique Peña Nieto. Y el mismo Góber del Edomex -bueno, también príncipe azul, pero de la Gaviota- refutó al que va en poni de Hacienda por el PAN. Cordero lo retó a un debate para el que se apuntó Marcelo Ebrard, también aspirante a Los Pinos, y para tal efecto hace méritos: acaba de pasar un trago amargo, pero el del divorcio. Sin embargo, el gelboy respondió que de debates todavía no es hora, pero sin consultarla en el reloj que supuestamente le regaló la famosa tienda de Beverly Hills, pues, dice, ésa es guerra sucia de algún envidioso que compra aquí su Beverly. Total, no habrá debate, pero ya empezó el combate, y mucho más interesante que la confrontación en el Estado de México, donde las propuestas fueron opacadas por las chapas de Eruviel, quien no tuvo la culpa: pidió a la maquillista del jefe Enrique, pero le mandaron a la de la jefa Gaviota.

Pese a la frase de que su animal preferido es la mujer, no le cargó la mano a Jorge Hank la Procuradora... pero lo consignó ante una jueza.

En todo caso, no logrará Hankito que lo manden a una cárcel de mujeres; si acaso, que lo encierren junto al que se cambió de sexo para evadir una demanda por fraude al IMSS. O dejará de consumir su tequila, en el que se maceran penes de león, tigre y perro, aunque no el de la Colina, que también tenía lo suyo. ¿A qué hora pudo dedicarse a acaparar armas si tiene 19 hijos? Por eso no le encontraron cuernos, ni de chivo. El PRI no lo ha defendido, cuando lo menos que pudo decir Moreira es que este Gobierno es similar al porfirista, aunque menos violento, porque don Porfirio ordenó "¡Mátalos en caliente!", y Calderón, sólo "¡Deténgalo en Caliente!". Aunque, claro, el voz cero Poiré declaró que el Presidente ni se enteró hasta que estuvo consumado el operativo contra el...

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