Dos miradas, la misma palabra

Reforma/Staff

Pocos temas levantan más polémica que el rol de la mamá moderna. ¿Trabajadora o ama de casa? ¿supermujer o esposa y madre abnegada? Los caminos se bifurcan y en cualquiera de los casos las renuncias se hacen evidentes. Para las madres trabajadoras, por un lado, el dilema se centra principalmente en sentimientos de culpa y remordimientos derivados de dejar al pequeño al cuidado de otros.

"Muchas de las mamás que trabajan fuera de casa sienten que les están fallando a los hijos, que descuidan a la pareja, que el desarrollo sus pequeños se verá truncado debido a la ausencia de una madre de tiempo completo, pero ¿es verdad esta aseveración?", cuestiona María Rosas, socióloga y autora de la colección Educación y Formación Familiar, del Grupo Editorial Norma.

Estudios de The Population Council indican que las madres trabajadoras que lograron superar el sentimiento de culpa comenzaron poco a poco, convenciéndose de que la maternidad no es sinónimo de altruismo. Y empezaron a vivirla como una un acto de amor, compartido y responsable, que requiere también de amor a sí misma. Al mismo tiempo, estas mujeres definieron los roles de cada miembro de la familia y delegaron funciones. Se convencieron de que no son las únicas responsables del funcionamiento familiar, de que no pueden ser las "supermujeres", salvadoras del mundo.

La otra mirada es la de la madre que decide trabajar en el hogar y dedicarse por completo a los hijos. Su vida cotidiana implica cuidar, sostener, acompañar, ayudar a crecer, percibir necesidades, mantener el orden físico y el sostén emocional de los integrantes del hogar. Diversos estudios han demostrado que estas capacidades y habilidades se adquieren de forma innata y del aprendizaje que permea a las mujeres al identificarse con la madre, las tías, las abuelas. Elegir la crianza y la atención hacia los hijos es también elegir un trabajo de tiempo completo. En este caso, la renuncia evidente es dejar de lado el desarrollo profesional.

Las opiniones al respecto son variadas. El psicólogo Víctor Manuel Dorantes, por ejemplo, afirma que lo más favorable es que la madre esté al lado de su hijo, por lo menos el primer año de vida, porque si bien es cierto que las guarderías o las nanas ayudan al pequeño en ciertas habilidades, no le brindan el apego psicológico que necesita.

"Siempre es preferible que los bebés estén con la familia porque recuperan la parte afectiva que necesitan, nunca van a tener el mismo cuidado en...

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