Dos primos de cuidado

AutorTeresa Rodríguez

Todo comenzó hace 10 años en un sótano de una casa. Dos primos, Rodolfo y Jaime Andreu, se coludían para hacer cerveza artesanal, quizá sin imaginar que algunas de sus iniciativas serían piedra angular para diversificar la industria y promover la cultura cervecera en México.

"Desde que empecé a hacer cerveza en casa hasta que vendimos la primera pasaron tres años", relata Rodolfo.

"Durante un año, hicimos pruebas y degustaciones con amigos y familiares hasta encontrar una que nos gustó mucho: Tempus Clásica", agrega Jaime.

Brincar del pasatiempo al negocio tuvo sus complicaciones. La primera, el escepticismo de los más allegados. La segunda, conseguir la materia prima acaparada, hasta entonces, por los gigantes.

"Hace 10 años, cuando le dijimos a nuestros papás y amigos que queríamos hacer cerveza, nos tacharon de locos. Decían que en México el mercado estaba dominado por dos empresas que iban a aplastarnos", cuenta el director comercial de Primus.

No fue así. El negocio prosperó y la cocina de casa ya no fue suficiente. Primus comenzó a maquilar en en las instalaciones de cervecería Minerva, en Guadalajara y, finalmente, hace un par de años inauguró su propia planta -con capacidad para 35 mil litros mensuales-, en San Juan del Río, Querétaro.

Hoy Jaime recuerda entre sonrisas haber pasado de contrabando, por la frontera San Diego-Tijuana, la levadura para su primer lote y Rodolfo confiesa que una escasez de lúpulo estuvo a punto de orillarlos a desistir.

"Tenemos siete cervezas de línea y algunas especiales. Fuimos desarrollando una por una, nos tomamos nuestro tiempo, y esa es la filosofía de Tempus", asegura el maestro cervecero.

Rodolfo reconoce haberse llevado un primer golpe en 2008, cuando Tempus Clásica fue eliminada en la primera ronda de un concurso en el que hacía su debut, pues sus características no coincidían con las de la categoría en la que fue inscrita.

"Con la segunda receta, Tempus Doble Malta, no buscamos encajar en algo ya creado. El estilo altbier imperial como tal no existe, es nuestra propuesta. Y, tal fue el éxito, que en su primera competencia ganó medalla de oro", recuerda Andreu.

La formulación de las Jabalí ya fue mucho más sencilla, dice Rodolfo, lo que buscábamos era el poder de las lager. Y si hay una etiqueta que refleja el trabajo de todo el equipo, a decir del cervecero, es la Farmhouse de té verde y miel, elaborada especialmente para la primavera.

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