El duende anda suelto

AutorCarlos Rubio-Rosell

CORRESPONSAL

MADRID.- Procedente de Andalucía, donde nació en el siglo 18, el flamenco se instaló de lleno en Madrid a partir del siglo 19, gracias al surgimiento los cafés cantantes.

En estos lugares se solían reunir escritores, quienes realizaban animadas tertulias. Por regla general había escenarios en los que se ofrecían actuaciones de música y danza.

"Estos espacios son los que van a dar a conocer de forma más amplia el flamenco en Madrid y sus principales palos: el cante, el toque (postura y técnica de los guitarristas) y el baile", dice Lidia Garrido, guía profesional y experta en flamenco.

Pronto proliferaron espectáculos flamencos en los que habían bailaores y cantantes de cante jondo, de profundo sentimiento.

"Ya en el siglo 20, hay una etapa que va de 1920 a 1955, cuando se denomina 'ópera flamenco' a esos espectáculos; y aunque no tenían nada que ver con la ópera, el añadir ese apelativo permitía pagar menos impuestos", precisa Garrido.

El flamenco adquiere en esos años su carta de naturaleza en la gran ciudad y comienza a expandirse en el gusto popular a través de espectáculos realizados en teatros, plazas de toros, fiestas populares y verbenas, donde puede ser apreciado por muchos más espectadores.

"Digamos que el flamenco comenzó siendo una manifestación artística que se realizaba en pequeños grupos, en pequeñas tabernas y pueblos, hasta que entró en la capital de España, en cuya calle de Toledo y el barrio de La Latina se ubican las primeras tabernas donde se interpretó el flamenco en Madrid", señala Garrido.

Más tarde, ya en los años 70, el flamenco evoluciona de la mano de grandes figuras como Camarón de la Isla o Paco de Lucía, quienes habían crecido con la influencia de artistas como Mairena, Chacón o la Niña de los Peines.

Blas Infante, historiador andaluz de finales del siglo 19, decía que el flamenco venía de una palabra que significaba: "el lamento de los moriscos al abandonar su tierra".

La experimentada guía agrega que, cuando se escucha a una persona interpretar el cante jondo, ese lamento llega al alma, ya sea que tenga detrás unas palmas, un simple rasgueo de guitarra, o venga acompañado de una sofisticada orquestación.

Dichos cafés derivaron en lo que hoy se conoce como "tablaos flamencos", dedicados íntegramente a presentar este tipo de espectáculos donde intervienen entre 8 y 15 personas, todos los días del año.

Por lo general, los sitios suelen ofrecer dos pases de flamenco, uno a las 20:30 horas y otro a...

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