Un dulce trabajo

AutorÁngel Rivas

Más que endulzante, la miel es considerada un alimento. Y México se encuentra entre los cinco mayores productores del mundo de esta delicia que se origina del néctar que las abejas digieren y procesan.

"La mayoría de la gente desconoce que existen distintos tipos de miel de abeja que se derivan de la flor de donde el insecto tomó el néctar.

"Por esa razón, los aromas, texturas, fluidez y sabores de la miel difieren, además de que algunas son más líquidas y otras más sólidas por lo que se pueden usar para untar", explica Luis Enrique Castañón, apicultor orgánico de la marca Bioflora y miembro de la Cooperativa Miel Mexicana Volcán Popocatépetl.

Agrega que las mieles también se pueden dividir en monoflorales o multiflorales. En el primer caso, las abejas procesan la miel de un solo tipo de flor. En el segundo, toman néctar de distintas flores.

En México, las principales mieles que se obtienen son de flores de cítricos, de aguacate y de flores frutales, así como las multiflorales (de varias flores).

"El Consejo Regulador de la Miel de Abeja Mexicana se encarga de que el consumidor obtenga estas mieles de forma pura.

"Las mieles originales aprobadas por el Consejo ostentan un holograma en el frasco o recipiente que viene foliado para evitar los que son adicionados con fructosa", señala Víctor Abarca, presidente del Consejo.

Todo un alimento

La miel por sí sola contiene muchos nutrimentos y quienes la producen la recomiendan utilizar frecuentemente por esos atributos.

"No sólo es endulzante; contiene azúcares, proteínas, grasas, enzimas, minerales, aminoácidos y vitaminas que ayudan a dar energía, a metabolizar, a cicatrizar y a rehidratar. Funciona como un 'antibiótico' natural e incluso algunos diabéticos la pueden consumir", describe el apicultor Luis Enrique Castañón.

Hay otras flores que aportan sabores y consistencias distintas, como las de mezquite, trébol, alfalfa, eucalipto, campanilla, sandía y acetilla. Asimismo, hay mieles de flores locales, como dzidzilche y tahonal, de Yucatán, o chaka roja y mangle, de Veracruz.

Tanto Abarca como Castañón enfatizan que un grave error al manipular la miel es tratar de calentarla para descristalizarla. Cuando el producto se calienta a más de 60° pierde todas sus propiedades nutrimentales, y el sabor y el aroma se dañan.

"La cristalización es un proceso natural que no afecta a la miel. Se recomienda consumirla así y no tratar de calentarla.

"De hecho, una buena miel se extrae del panal de abejas por...

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