Dulces conspiraciones

AutorMarichuy Garduño

Los dulces han estado presentes como protagonistas de la historia de México porque han servido de medio de comunicación entre grandes personajes como la Corregidora de Querétaro, doña Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende y Juan Aldama además de Sor Juana Inés de la Cruz, quien enviaba poemas acompañados de golosinas.

Edmundo Escamilla, historiador gastronómico comenta que la costumbre de comunicarse con los dulces se inicia en el Virreinato, ya que se sabe que Sor Juana Inés de la Cruz, enviaba sus escritos acompañados de dulces conventuales.

El 'correo' de la Independencia

Un caso interesante es el papel jugaron los ricos dulces mexicanos en la conspiración del movimiento de Independencia.

Los historiadores afirman que en el siglo 19 los habitantes del País tenían una especial predilección por el sabor dulce en los alimentos, por ello el chocolate y los dulces elaborados en casa o en los conventos se consumían a todas horas: en el desayuno, la merienda, la cena y aún entre comidas.

Mayo Antonio Sánchez, en su libro La Cocina Mexicana, ha recogido un pasaje histórico, curioso e interesante.

Resulta que la Corregidora de Querétaro, doña Josefa Ortiz de Domínguez y su esposo empezaron a reunirse con algunos militares, entre los que se encontraban Ignacio Allende y Juan Aldama. A esas juntas también asistía Hidalgo, el párroco de Dolores.

"Cuando la Corregidora participaba de las conspiraciones que librarían del yugo español a la Nación, enviaba con frecuencia al gallardo capitán de los Dragones de la Reina, don Ignacio Allende, unas cajitas de laca con dulces hechos por sus propias manos.

"Siendo notorios y públicos estos obsequios, se hacían picantes comentarios acerca de las relaciones de la heroína con Allende".

Se decía que mantenían algo más que una simple relación amistosa; sin embargo, ésto, más que enfadar a la Corregidora, le sirvió para desviar la atención y evitar que sospecharan de la conspiración de un levantamiento para derrocar al gobierno español.

Los dulces enviados fueron vehículo para una parte de la historia, ya que en los papeles que envolvían las deliciosas golosinas, iban escritos mensajes conteniendo los nombres y sitios relacionados con el complot.

¡La idea fue genial! ¿No le perece? ¿Quién iba a sospechar que los dulces portarían datos tan importantes para el futuro de una nación?

Y mientras el general insurgente saboreaba un dulce triunfo, se cocinaba lo que sería una de las fechas más importantes de México.

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