El eco de Munch 150 años después

AutorStaff

El trazo marcado por la angustia convirtió a Edvard Munch en pieza fundamental del arte expresionista, y su obra El grito se convirtió en una de las imágenes más utilizadas y reinterpretadas por la cultura pop de las últimas décadas.

Nacido el 12 de diciembre de 1863, el próximo jueves se celebra el 150 aniversario del pintor, grabador y escultor fallecido en 1944 y considerado como el artista más importante de Noruega. Su vida estuvo marcada por la muerte y la enfermedad, pues perdió a su madre y a su hermana cuando era apenas un niño; además, el fanatismo religioso del padre contribuyó a formar esa personalidad que dejaba ver en su obra, lleno de ansiedad y preocupado por sentimientos como dolor, angustia, celos o soledad.

Para la crítica de arte y académica Lourdes López Gutiérrez, la pintura de las primeras décadas del siglo 19 había alcanzado la perfección técnica, la pureza y la belleza, pero hacía falta una reacción, violenta y contundente, para devolver la vida a la pintura.

"Van Gogh lo hizo de manera soberbia, su Noche estrellada muestra un alma atormentada a punta de pincelazos, pero El grito de Munch supuso un verdadero hito en la expresión artística".

Alguien tenía que acompañar al mundo en su protesta, afirma López Gutiérrez.

"Munch hace una pintura desgarradora que supone el inicio de una de las vanguardias más fuertes y representativas del ánimo de principios del siglo 20: el expresionismo".

Pubertad, Mujer en tres etapas y Muchachas en el muelle figuran entre sus obras más famosas, pero ninguna supera a la serie El grito, compuesta por cuatro cuadros.

Incluso, en mayo de 2012, El grito de Munch rompió el récord como la obra más cara en una subasta, al alcanzar un precio de 119.9 millones de dólares en Sotheby's de Nueva York.

Esa noche, siete compradores pujaron por el cuadro, el único de la serie de cuatro que ha permanecido en manos privadas. El propietario hasta entonces, Petter Olsen, la había heredado de su padre, quien fue amigo de Munch. En la subasta, fue comprada por un postor desconocido.

Sin embargo, hace apenas unas semanas, el 12 de noviembre, la obra del noruego fue desbancada por el tríptico Tres estudios de Lucian Freud, realizada por el artista Francis Bacon en 1969 y adquirida en 142.4 millones de dólares en una subasta realizada por Christie's de Nueva York.

Los otros tres cuadros de la serie se encuentran en Oslo, la versión más conocida expuesta en la Galería Nacional de Noruega y dos más resguardadas...

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