Ecos de Viaje / Ellos tienen de qué presumir (2)

AutorAdalberto Ríos

Conjuntar escenarios naturales preservados, obras del patrimonio cuidadas, expresiones de la capacidad creadora y servicios turísticos de calidad, es la fórmula seguida por Michoacán para colocarse como un destino cada vez más solicitado por los viajeros nacionales e internacionales.

Bóveda celestial

Tupataro es una comunidad purépecha cercana a Pátzcuaro. En ella, jóvenes y mujeres maduras se capacitan para mantener la tradición de manufacturar imágenes de pasta de maíz. El poblado cuenta además con una cuidada plaza donde se ubica el templo de Santiago Apóstol.

En un país donde las iglesias se cuentan por miles es difícil encontrar templos fuera de lo común; sin embargo, la herencia de siglos parece no tener fin por su cuantía y su valía. Al ingresar a la Iglesia de Tupataro, su retablo y piso de madera capturan la atención, pero cuando la vista se ha acostumbrado a la luz imperante en el interior, entonces el asombro supera toda expectativa, al descubrirse el techo de madera decorado profusamente por manos indígenas que crearon así un espléndido artesonado.

Los santos, ángeles y arcángeles parecieran mezcla de iconos ortodoxos y de personajes de una fiesta purembe, enmarcados por flores y elementos de rica imaginación, donde no falta un perrito pueblerino que disfruta su hueso, ni más ni menos que en la última cena.

Tupataro es una joya que junto con otros artesonados de la meseta purépecha podrían ser dignos candidatos a ser inscritos como patrimonio de la humanidad.

Cupatitzio, el río que canta

El Parque Nacional Eduardo Ruiz se localiza dentro de la ciudad de Uruapan. Se trata de un área natural protegida tan hermosa como el nombre purépecha del río que ha formado su barranca: Cupatitzio.

Llama la atención la abundancia del agua que en manantiales, cascadas y río, inspiraron al hombre para unirse creando curiosas fuentes, como la del pavo real. La flora es múltiple y frondosa, y afortunadamente la limpieza, señalización, senderos e infraestructura están en perfecto estado.

Lo mejor de todo es que tan especial lugar fue creado para deleite de toda la gente, por un hombre y en un momento donde se trabajaba y percibía con entusiasmo un mejor futuro para México. Hablo, desde luego, de la era de Tata Lázaro.

Cambios en Santa Claran

Cuando conocí Santa Clara del Cobre, hace unos 25 años, los artesanos encabezados por Etilberto Ramírez habían dado el gran salto: pasaban de producir sus cazos tradicionales (los usados para preparar carnitas)...

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