Ecos de Viaje / Reencuentro con Querétaro

AutorAdalberto Ríos

Camino a Guanajuato, después de pasar por la Ciudad de México, decidí pernoctar en Querétaro y permanecer tres horas a la mañana siguiente... Muchos encantos se mostraron en poco tiempo.

Para dormir como marqueses

Querétaro honra su designación como Patrimonio de la Humanidad, conservando su rica herencia y asignándole a sus edificaciones históricas nueva vida, para beneplácito de sus habitantes y visitantes.

Sorpresa y alegría se mezclan cuando se constata la limpieza y orden que han devuelto su dignidad a tan señorial ciudad.

Querétaro luce magnífica. Edificios que durante siglos acumularon deterioro recobran vida ahora como museos, hoteles o bibliotecas.

Por ejemplo, la casa de la marquesa de la Villa del Villar del Águila, verdadero palacio barroco con reminiscencias mudéjares abre sus puertas como hotel para afortunados visitantes.

Joya exaltada en billetes

Entre 1731 y 1745, los agustinos levantaron un convento donde no se escatimaron ni motivos, ni imaginación ni recursos.

La cúpula del templo es famosa por sus azulejos y los angelitos indígenas que la flanquean con todo y sus penachos.

El claustro compendia múltiples motivos en sus arcadas, columnas y fuentes, además de sus decorados techos. La maestría del trabajo expresado en su cantera le ha merecido que se le conozca como "el edificio que canta".

Este claustro se conoció por todo México gracias a su reproducción, como tema principal, en los billetes de 20 pesos que marcaron toda una época de 1937 a 1970.

En la...

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