Un edén para gozar

AutorJuan Carlos Molina

Fotos: Ricardo Estévez

TULUM, Quintana Roo.- Este destino se adapta al ritmo de cada persona: desde aquellos trotamundos que llegan para desconectarse y disfrutar de la comodidad de su hotel, hasta quienes desean salir en busca de aventura.

La vitalidad del poblado de Tulum es tal que, incluso los viajeros frecuentes, hallan nuevas opciones en cada visita.

El catálogo de divertimento incluye un imperdible: la reserva natural de Tankah, que se ubica a unos 20 minutos del centro de Tulum.

El sitio da la bienvenida a cualquiera que esté en busca de alternativas ecoturísticas, tener contacto con los pobladores de la localidad, comprarles artesanías y miel de abejas meliponas así como probar una rica comida. En nuestra experiencia arribamos con la touroperadora de viajes Mayaland.

La principal atracción son los cuatro cenotes de Tankah: Cueva y Pirañas (semiabiertos) y Azul y Naval (abiertos).

En Cueva, hay que deslizarse brevemente por una tirolesa hasta llegar al centro del cenote, para luego echarse un chapuzón.

Pirañas ofrece la oportunidad de adentrarse en las entrañas de una caverna en la que hay numerosas estalactitas; mientras que, en Azul, los visitantes practican esnórquel entre lirios.

El cenote Naval es el más grande. Aquí, los visitantes obtienen descargas de adrenalina y magníficas vistas gracias a las dos tirolesas que atraviesan esta maravilla natural. Además, la experiencia se complementa con un recorrido a bordo de una canoa.

Tras culminar la aventura en este magnífico paraje, vale la pena...

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