Eduardo Caccia / Democracia 2.0

AutorEduardo Caccia

Alex Servín se ha convertido en una especie de cazador de tesoros. Nos une el amor por las tribus, la visión antropológica de la vida, la lectura provocadora y el buen sake, entre otras cosas. Si ambos hubiéramos vivido hace doscientos años, él habría llegado a mi biblioteca con su cara de hallazgo para desplegar sobre el escritorio un bulto celosamente guardado. Habría quitado con cuidado las capas de tela para dejar a la vista una piedra con signos de otra era. La modernidad, sin embargo, hizo que el hallazgo llegara a través de un documento en formato pdf que me envió digitalmente. El nombre fue una provocación: "Tribu: Laboratorio para la democracia".

El origen del documento apunta a Chile, donde la Fundación Tribu trabaja como organización independiente y apartidista, en el desarrollo de innovaciones para la democracia. El documento encierra pistas luminosas para reanimar a este paciente que muchas veces vemos en estado crítico: la democracia.

He de confesar mi desencanto hacia la democracia, cuya imperfección es, como se ha dicho, la menos dañina de otros regímenes de gobierno. Y honestamente la veía como un bloque compacto al que es difícil acceder y más complicado mejorar. Luego de leer el documento, terminé con una esperanzadora idea de que mejorar una democracia es posible.

Durante la semana escuché, en un evento privado, a Epigmenio Ibarra, una de las figuras más asociadas al presidente López Obrador. A pesar de que difiero de él en algunas cuestiones, me dio la sensación de que tenemos mucho más en común de lo que pensamos. Aunque prácticamente, por el formato, fue un monólogo, me quedé con ganas de escucharlo más, de tratar de entender qué es lo que él ve que yo no veo, y viceversa. Me parece que en México tenemos déficit de buen diálogo. Llegamos con ideas preconcebidas y ponemos atención a aquello que coincide con nuestra forma de pensar. Lo demás lo descalificamos a priori. Es en este punto donde encuentro muy valioso el documento de Tribu, una iniciativa para convivir en diversidad y llegar a acuerdos.

Escuchar a Epigmenio me dejó la sensación de que el diálogo social, sensato y en paz es posible. Sin embargo, a varios de las decenas de oyentes no les pareció así, no le daban el mínimo beneficio de la duda o le concedían un ápice de razón. En medio de la crispación y la polaridad política y ciudadana que vivimos en México...

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