Eduardo Caccia / Filotimo

AutorEduardo Caccia

Para Fernando, que tiene Filotimo.

Sin las ventiscas de Michigan, este artículo no sería posible. Las palabras son representaciones de conceptos culturales, convencionalismos entre personas que comparten una nacionalidad, una forma de ver el mundo. Hay expresiones que no tienen traducción literal, esto es, una palabra equivalente en otro idioma, y nos dicen mucho de la cultura donde fueron creadas. Tal es el caso de Filotimo y otras más.

Resulta que un mexicano, muy querido, admirado y cercano a mí, dirige una oficina en Estados Unidos donde convergen individuos de varias nacionalidades. Una mujer -bajo su mando- de apellido Haralampopoulos (sí, ya le atinaron a la nacionalidad) se quedó sin energía eléctrica en casa por los fuertes vientos que derrumbaron un transformador. Sin calefacción en una zona de fuerte frío, con hijas pequeñas, tuvo que mudarse temporalmente a un hotel. Justificadamente solicitó dos días a cuenta de vacaciones para solventar la emergencia familiar. El jefe tomó la solicitud y la rompió frente a ella, le dijo que tomara esos días sin cargo. La griega agradeció de forma muy sentida y luego envió un mensaje a nuestro compatriota con este remate: "tienes Filotimo".

Para los griegos, Filotimo (de filos, amigo, y timo, honor) es un vocablo antiguo que sigue vigente, es la máxima expresión de las virtudes personales, una constelación de conceptos: orgullo, hacer lo correcto (aun en contra de los intereses personales), sentido de justicia, cumplimiento con el deber, sacrificio personal, compasión, generosidad, empatía, amor por la familia, la sociedad y el país, vivir para algo más grande que tú, motivación por hacer el bien, solidaridad. ¿Cómo traducir todo esto en una palabra? ¿Cuál es la palabra en México que podría competir con Filotimo? No tengo una respuesta, mis candidatas se quedan cortas.

Para los judíos, Mensch es una persona de alta integridad y honor, alguien de carácter noble, que tiene rectitud, decoro, decencia, motivo de ejemplo. Los japoneses buscan el ikigai, un punto donde convergen cuatro elementos: lo que aman hacer, aquello para lo que son buenos, lo que les pagan por hacer, y lo que el mundo necesita. Encontrar tu ikigai produce felicidad y satisfacción.

Estas palabras dicen mucho de los habitantes de esas culturas. Hablando de Japón, con prácticamente igual número de habitantes que México, pero viviendo en un...

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