Eduardo Caccia / Pollice verso

AutorEduardo Caccia

López Obrador tiene la habilidad de colocar los temas en la agenda. Es entendible, la disonancia que generan algunas de sus posturas, resaltan en el panorama político nacional por sus potenciales implicaciones, materia de comentarios de sobremesa y debates más profundos en foros de especialistas. Por lo pronto, a días de que empiecen oficialmente las campañas electorales, el papel de AMLO y la corriente política que encabeza -si es que podemos describirla- semejan aquellos escenarios en un coliseo romano donde la multitud, ávida de espectáculo, justicia y sangre, esperaba el gesto definitorio del emperador, cuyo pulgar, en el momento decisivo para dos gladiadores, uno victorioso, otro con la punta de la espada en el cuello, indicaría el indulto o la muerte.

Las posturas extremas en el conjunto de ideas que es Morena aumentan la tensión narrativa. Ante temas como la reforma energética, la tribuna del coliseo comandada por Alfonso Romo tiene el pulgar en sentido contrario a aquella donde se ubica Paco Ignacio Taibo II. Aunque ciertamente el antagonismo al interior de casa valida su diversidad, la ambivalencia no abona a la certidumbre que requieren la economía nacional e internacional. Para agravar el panorama, el César, en franca actitud complaciente con la multitud, dice "el pueblo es sabio, que el pueblo decida".

Al más puro estilo de Poncio Pilatos, López Obrador se lava las manos cuando, ante temas importantes, establece que habrá consultas populares. Preocupa la posibilidad de tener un Presidente que considera que "el pueblo no se equivoca". Asumir tal capacidad en el pueblo (lat. populus) es ser populista. Preocupa que un potencial mandatario crea que millones de personas sin conocimiento técnico adecuado podrían decir mejor que un grupo de especialistas si debe o no debe haber un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México o la política petrolera del país. Preocupa que AMLO no se dé cuenta de su demagogia.

El mismo referéndum al que piensa someterse cada 2 años es una medida populista. Sería injusto que quienes se sienten desplazados por una buena gestión de gobierno (asumiendo que resulte buen mandatario) pudieran acabar con un líder si es que los partidarios de éste no salen a votar en igual cantidad que los antagónicos. Preguntarle todo y por todo al pueblo es ser populista. Quienes se dedican a la investigación de...

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