Eduardo Caccia / Súper humanos

AutorEduardo Caccia

A mediados de los setenta mi papá me sugirió leer El shock del futuro, de Alvin Toffler, el futurólogo que predijo la forma en como vivimos. Por aquellas infancias había quedado impresionado al ver una computadora -un cubículo de cristal albergaba paneles con luces y discos que giraban- entre escritorios de una farmacéutica trasnacional. Cuando leí que en el futuro las personas trabajarían desde sus casas, conectadas con computadoras personales a una red informática, fui incapaz de imaginar cómo un aparato gigantesco entraría por la puerta de la casa.

Ese futuro nos alcanzó y nos rebasa. Toffler no sólo describía el internet, también predijo que pasaríamos de una economía basada en la manufactura a una cimentada en el conocimiento y la información, avizoró avances en ingeniería genética y clonación, y fue particularmente preciso al dibujar una sociedad consumista cuyo problema sería el exceso de opciones y la "sobrecarga informativa", expresión para advertir el exceso de datos al que actualmente estamos expuestos.

Hoy, en los albores del internet de las cosas (IoT: Internet of Things), nuestra capacidad de asombro se renueva, por lo menos la mía, al visualizar un escenario inminente cargado de riesgos y oportunidades. Esta conectividad de aparatos que intercambian información para hacer algo implica varios aspectos. Por un lado los objetos, las cosas, dejarán de valer por su función tradicional y cobrarán un nuevo valor simbólico. Una cafetera sirve para hacer café, pero una que pueda ser operada a distancia, con la aplicación de un celular (o, ¿por qué no?, con un comando de pensamiento), dejará de ser una simple cafetera, será lo más parecido a un mayordomo que cumple gustos. Luminarias que no sólo sirven para dar luz sino que tienen la capacidad de darte a escoger entre 64 mil tonos de blanco y 16 millones de colores ya son una realidad; adicionalmente podrán ser altavoces inalámbricos, repetidoras de señal de internet y cámaras de vigilancia.

La conectividad tecnológica ha borrado las distancias. Estar exitosamente en una junta cada vez más se trata de que la banda ancha dé el ancho, a que haya tráfico en la calle. El trabajo se está transformando de "el lugar a donde voy" a "las cosas que tengo que hacer". Las empresas, a través de sensores inteligentes, ya pueden mejorar su desempeño, bajar costos y disminuir la...

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