Eduardo R. Huchim / Cárceles: dualidad perversa

AutorEduardo R. Huchim

Además de su gravedad intrínseca, la tragedia del penal de Topo Chico -motín y muerte de 49 reclusos- es una dramática clarinada sobre la situación de las prisiones y el descontrol del Estado sobre ellas, pues en muchas de las cárceles existe el llamado autogobierno a cargo de los reos. Esta circunstancia invita a formular una pregunta obvia: si el Estado no puede ejercer su control en las cárceles, ¿dónde sí puede?

En la situación de Topo Chico no puede soslayarse la responsabilidad del gobierno de Nuevo León, ahora y cuando estuvo a cargo de Rodrigo Medina, pero debe apuntarse también que quienes hoy se desgarran las vestiduras en la pantalla porque Jaime Rodríguez El Bronco no reaccionó durante 7 horas, esos mismos jamás han criticado a Peña Nieto porque su gobierno tardó ¡7 días! en reaccionar por la desaparición de 43 normalistas en Guerrero. Claro, a diferencia del gobierno federal que provee de cuantiosos recursos a la tv comercial, El Bronco advirtió: "ni un peso a Televisa".

En nuestras prisiones se da la dualidad perversa y compleja de descontrol y privilegios, por una parte, y de violación a derechos humanos por la otra. Para no ir más lejos en las evidencias de lo primero, recuérdese la fiesta con mariscos y cervezas que Amado Yáñez (Oceanografía) organizó el domingo 7 de febrero pasado en el Reclusorio Sur, durante la transmisión del Súper Tazón (Reforma, 13/02/16). ¡Y cómo no recordar que algunos reos disponían de bar y sauna en Topo Chico!

Al condenar en un comunicado los hechos en el reclusorio nuevoleonés, la Oficina contra la Droga y el Delito y la del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, ambas de la ONU, hicieron el 12 de febrero una acertada síntesis de nuestro problema carcelario: "se combinan la violación de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, las debilidades de la política de rehabilitación y reinserción, serias deficiencias en las condiciones de detención y la transformación de facto de varios centros penitenciarios en lugares de reclutamiento de las organizaciones delictivas".

Es decir, estamos ante una dualidad sorprendente: frente a los excesos que desnudan debilidades de las autoridades y alejan a las cárceles de su tarea de reinserción social, existe también violación a derechos humanos. Un ejemplo está contenido en la demanda de amparo presentada recientemente (04/02/16) por los abogados de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quienes piden se le restituya a su...

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