La efímera esperanza de los antirretrovirales

AutorVictoria Eglau

Elly Joy Kanini tiene 34 años. Hace cinco años falleció su marido. Tres días antes de morir, él le contó su secreto: La enfermedad que tenía era sida. Ella lo había sospechado, pero nunca se atrevió a preguntar. Después del entierro, la joven viuda se sometió a un examen de sangre. El resultado: había heredado el virus, era seropositiva.

A partir de ese momento, Elly Joy llevaba un estigma, el del sida. Como es costumbre en Kenia, ella vivía con la familia de su esposo, pero después de la muerte, no era aceptada en la casa de sus suegros. En vez de apoyarla, la culparon por la muerte de su hijo y la echaron de su casa. De un día para otro se encontraba sola.

Quien la conoce actualmente, ve a una mujer rolliza y arreglada que habla con voz baja, pero emana optimismo. Tímidamente empieza a contar su historia, poco a poco parece ganar seguridad. Hace dos años, ella no hubiera podido hablar con los periodistas extranjeros, sólo pesaba 34 kilos, había perdido toda esperanza y se sintió muy cerca de la muerte.

Fue en 1998 cuando Elly Joy enfermó. Sólo después de algún tiempo descubrió que el sida se le había declarado. Su estado de salud empeoró rápidamente.

En el Hospital de Chogoria, un pueblo cerca del Monte Kenia, se sometió a un tratamiento médico y pudo empezar una terapia con los nuevos medicamentos antiretrovirales (ARV), gracias al apoyo de los doctores y de unos amigos que pagan su dosis mensual de medicamentos.

"Elly Joy es uno de nuestros primeros pacientes que reciben una terapia ARV. Su estado de salud ha mejorado dramáticamente, se encuentra bien, -dice el doctor Evans Manutu-. Muchos otros quisieran estar en su lugar, pero no pueden pagar los medicamentos".

Pagar una terapia ARV significa un gran esfuerzo económico y es imposible para la mayoría de los enfermos de sida en Chogoria y en el resto de Kenia. A pesar de que en los últimos años bajaron considerablemente los precios de los medicamentos, para muchos kenianos aún siguen siendo exorbitantes. En Chogoria una dosis mensual cuesta 4 mil Shillings, aproximadamente 50 dólares.

Los afortunados que pueden acceder a estos medicamentos tienen una esperanza realista para prolongar su vida por varios años más.

Una vez que un paciente inicia la terapia, ya no debe interrumpir el tratamiento, explica el director del Hospital de Chogoria, el canadiense John Potts.

"Antes de someter a alguien a un tratamiento ARV, hay que preguntarle, ¿puedes pagar estos medicamentos cada mes, para el...

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