Ejército: solución, no problema

AutorAlberto Armendáriz

Corresponsal

RÍO DE JANEIRO.- Comienza a atardecer sobre el Complexo do Alemão, un extenso conjunto de 13 favelas al norte de Río de Janeiro, mientras una patrulla del Ejército realiza una de sus regulares rondas por la rua Joaquim de Queiroz, ahora llena de pequeños comercios donde antes se paseaban con impunidad pandillas de narcotraficantes. Encima de los soldados, desde el nuevo teleférico que une estos morros al sistema de trenes suburbanos, un par de niños saludan al convoy militar con total naturalidad.

Efervescente de actividad y con una sensación de seguridad, mucho ha cambiado en estos empobrecidos barrios cariocas desde que, a fines de noviembre del año pasado, el Ejército ingresó al Alemão. La zona, de unos 10 kilómetros cuadrados en los que habitan más de 200 mil personas, solía ser el cuartel general de la mayor banda de narcos de la Cidade Maravilhosa, el Comando Vermelho (CV), y regularmente servía de escenario para los enfrentamientos por parcelas de territorio con los otros dos grupos rivales en el comercio ilegal de drogas: Amigos dos Amigos (ADA), y el Terceiro Comando (TC). Hoy, los mayores conflictos que se registran son por cuestiones del corazón.

"En siete meses de presencia tenemos registrados sólo tres homicidios; dos por motivos pasionales y uno por tentativa de asalto. La violencia se detuvo", afirma a el general Adriano Pereira, comandante del Comando Este del Ejército, a cargo de la Fuerza Pacificadora que se instaló en el Alemão, que servirá de laboratorio para intervenciones futuras de las Fuerzas Armadas en el combate contra el narcotráfico en Brasil.

Tradicionalmente, las Fuerzas Armadas no se involucran en la lucha contra el crimen organizado; ésa es una tarea que compete a la Policía Federal y las Policías Militares y Civiles de cada uno de los 26 estados y el Distrito Federal de Brasilia.

"Las acciones que ocurrieron en el Complexo do Alemão son consideradas como de garantía de la ley y el orden y deben suceder de manera episódica y en un área restringida y predeterminada", resalta el general José Carlos de Nardi, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.

Históricamente, el Ejército sólo había sido sacado a las calles para garantizar la seguridad durante grandes eventos -la cumbre ecológica de Río 92 o las visitas del Papa-, o situaciones de crisis particulares muy breves -como sucedió en el mismo Complexo do Alemão en 2007-, y siempre a pedido del gobernador que corresponda. El año pasado, sin embargo, la situación exigió cambios.

Desde 2008, con miras a recuperar la ciudad de cara al Mundial de Futbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, lleva adelante un proceso de reconquista de los territorios dominados por las pandillas de...

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