Elena Poniatowska: 'Emotividad en la propuesta política'

"Soy del tamaño de un perro sentado", bromea Elena Poniatowska refiriéndose a su estatura de un metro con 57 centímetros. La escritora acaba de llegar del súper, viste unos pants y una sudadera azules que resaltan sus ojos también azules. A la escritora de La noche de Tlatelolco y Tinísima la acompañan sus gatos "Gazpacho" y "Silvana".

El gusto por los animales lo heredó de su abuela materna, quien solía recoger a cuanto perro se encontraba. Llegaron a tener hasta 25 perros cuando vivían en la calle de Berlín en la colonia Juárez. Algunos tuertos, otros con sarna, bizcos y cojos.

Desde 1953 se dedicó al periodismo, "cuando las cosas importantes eran para los hombres y a las mujeres nos refundían en Sociales", dice a manera de reclamo. No obstante, a Poniatowska esa discriminación no le importó. Cuando se enteró de los ferrocarrileros que metieron a la cárcel en 1957 decidió entrevistar a los protagonistas en Lecumberri.

Ha colaborado en los diarios Excélsior, Novedades, El Día, Unomásuno y La Jornada. Ha escrito 15 libros de los cuales 14 son protagonizados por mujeres y las causas sociales. Ganó el premio Alfaguara de novela 2001 con La piel del cielo. Era la primera vez que entraba a un concurso. Cuando le entregaron el galardón, sacó un recorte de periódico y sus primeras palabras fueron: "ha sido aprobado el proyecto de reforma constituyente que contempla los derechos de los indígenas en México".

Su amor por la causa indígena nació, según ella, porque la mujer que más le ha dado en la vida fue una indígena de Oaxaca: Jesusa Palancares, protagonista de su libro Hasta no verte Jesús mío.

En su casa ubicada en Chimalistac, Elena Poniatowska sólo tiene libros. La sala está tapizada de libros, el comedor parece una biblioteca, desde las escaleras que conducen a la segunda planta sólo se ven libros y arriba hay mas libros. Para clasificarlos y facilitar su búsqueda Poniatowska pega etiquetas blancas con inscripciones: 'Mi, Me, Mon, Mot'.

De pequeña, quería ser cantante de cabaret, y deja su actitud de mujer sonriente y amable para empezar a cantar: "put the blame on me, put the blame on me...". Al tiempo que corea la canción, hace como si se quitara los largos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR