Entrevista / Elia Barceló / Crea nuevos mundos de ficción
| Autor | Ruth García Lago |
Elia Barceló no es muy conocida entre los lectores mexicanos.
Sin embargo, esta autora es considerada "la dama española de la ciencia ficción". Gracias a El vuelo del hipogrifo (Lengua de Trapo, 2002), se dio a conocer al público masivo con una novela en la que no sólo aparece lo fantástico sino también otros géneros literarios como policial, pastoril, folletín... Su última novela (El secreto del orfebre, también en Lengua de Trapo) ha sido merecedora de excelentes críticas.
- Cómo empezó a escribir literatura fantástica y cómo llegó a ser considerada la dama de la ciencia ficción española.
Empecé a escribir muy joven, supongo que casi como todo el mundo que después se dedica a la literatura, y desde el principio mis textos se orientaban hacia lo fantástico, me figuro que porque era literatura fantástica lo que más me gustaba leer. A mí, sobre todo en aquel entonces, a los 12, 14, 16 años, la vida cotidiana ya me aportaba todo el realismo que necesitaba. Cuando leía, lo que quería de verdad era enfrentarme a lo desconocido, lo misterioso, lo imposible; visitar lugares lejanos, improbables e incluso inexistentes; correr aventuras que nunca se me hubieran presentado en la vida real; conocer personas atractivas, extrañas, peligrosas, distintas. Entonces, cuando empecé a escribir, escribía cosas del tipo de las que leía, pero lo hacía sólo para mí, sin pensar en ningún tipo de publicación.
Al terminar la carrera universitaria, hice filología anglogermánica y filología hispánica, empecé a escribir algunos cuentos de ciencia ficción, que me parecieron de una calidad suficiente como para intentar verlos impresos. En 1981, apareció en Barcelona un fanzine (una revista de aficionados, pero de buena calidad), Kandama, dirigido por Miquel Barceló, con quien no me une ningún parentesco, y decidí que quizá un fanzine que empezaba podía mirar con buenos ojos a alguien que también estaba comenzando.
Les envié dos cuentos y los publicaron. Luego la mejor revista de ciencia ficción de la época, Nueva dimensión, dirigida por Domingo Santos, se puso en contacto conmigo para pedirme un relato y, naturalmente, se lo envié. Seguí publicando en Kandama y en otros fanzines y revistas, me trasladé a vivir a Austria y seguí escribiendo a ratos perdidos porque mi nueva vida me exigía mucho esfuerzo y muchos cambios. En 1988, Miquel Barceló, que había empezado a dirigir la colección Nova de ciencia ficción de Ediciones B, me propuso reunir mis relatos dispersos en un...
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