Sergio Elías Gutiérrez / Los villanos favoritos
| Autor | Sergio Elías Gutiérrez |
Al gobierno de Enrique Peña Nieto todo parece marcharle sobre ruedas. Dos acciones espectaculares le han permitido tomar las riendas del poder después de 12 años que el PRI estuvo fuera de Los Pinos.
La selección de los objetivos no pudo haber sido más exitosa. Los villanos favoritos estaban a la vista: el SNTE, Elba Esther Gordillo; y Telmex-Telcel, Carlos Slim. Y de refilón Televisa o Emilio Azcárraga, cuya labor de entretenimiento parece menos dañina, pero es igual de monopólica.
Destruir el poder de la profesora Gordillo resultó sencillo. Bastó la exhibición de sus excesos pagados con recursos de las cuotas sindicales que ahora se le imputan como de procedencia ilícita.
Hace un año, cuando el PRI deshizo la coalición con Nueva Alianza, debió acusar el mensaje de ruptura. El PRI perdió los votos de la maquinaria electoral de los profesores, más preparada para votar que para enseñar. Ya sin el poder del SNTE, lo que sigue es reformar el sector educativo que atiende a la mayoría de la población con muy baja calidad.
Apenas consumada la reforma constitucional educativa, siguió la propuesta de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y combate a las actividades monopólicas en actividades concesionadas por el Estado a particulares en las que había dejado de ejercer su rectoría, creando áreas de privilegios y de muy alta rentabilidad.
Los beneficiarios de esas concesiones aparecen entre los más ricos de México, como Emilio Azcárraga, y a nivel global, como Carlos Slim.
Sentadas las bases constitucionales de ambas reformas, lo que sigue es la letra chiquita de las leyes secundarias donde deben desplegarse las reglas que permitan que lo que se busca, se encuentre, y se vuelvan una realidad la educación de calidad y los mejores servicios en materia de telecomunicaciones, la herramienta básica para acceder a la información y al conocimiento.
México tiene uno de los más bajos porcentajes entre los países de la OCDE en acceso a las nuevas tecnologías de la información. Esto repercute en la calidad educativa e impacta a los negocios en su productividad y competitividad.
Lo que sigue en la lista de prioridades son la reforma fiscal o hacendaria, como le gusta designarla al gobierno, y la energética, ambas estrechamente relacionadas.
Estas reformas pueden invertir los papeles. Cobrar el IVA en alimentos y medicinas, exentos por décadas, puede convertir al gobierno de héroe a villano por atentar contra la economía familiar. Los bajos...
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