El Elvis que todos llevamos dentro
Autor | José Agustín |
La verdad es que Elvis no era el niñito bueno como Ricky Nelson, pero tampoco un demonio como Jerry Lee Lewis; echaba relajo como se hace en la adolescencia y, eso sí, era experto en blues, rhythm and blues, bluegrass, country and western y música religiosa.
De cualquier manera, el sistema se concentró en implantarle una nueva personalidad e incluso lo ridiculizaba, como cuando Ed Sullivan lo pasó por tele de la cintura para arriba para que no se vieran las afamadas oscilaciones de cadera, o cuando Milton Berle lo sacó vestido de etiqueta y con un chango. Todo esto se puede apreciar muy bien en el excelente documental Elvis 1956.
Con la RCA, Elvis grabó más de 30 grandes éxitos, como "No Seas Cruel" y "All Shook Up", del recién fallecido Otis Blackwell, de quien se dice que Elvis tomó mucho del estilo de cantar con tartamudeos, hipos, quejidos, pujidos y fraseos que resultaban casi inintelegibles; o "El Rock de la Cárcel" y "Trátame Bien", de la gran dupla de judíos rocanroleros Jerry Leiber y Mike Stoller.
Para entonces le hacían coro los Jordanaires, muy al estilo negro del "doo woop". Sin embargo, le fueron imponiendo canciones mensas, lo presentaron como joven de cartón y lo desnaturalizaron, o cuando menos lo metieron en un grueso conflicto sicológico. Esto culminó cuando el ejército lo llamó al servicio militar. Elvis obviamente no era Muhammed Ali o John Lennon, que desafiaron al sistema, y cuando aceptó que le cortaran el copete, la melena y la cola de pato perdió una parte decisiva de su potencia artística y su gran fuerza, como cuando Dalila peluqueó a Sansón. Para colmo, por esas fechas murió Gladys, su madre, lo cual le resultó un golpe devastador.
A su regreso del servicio militar, una primera gran fase había terminado, las cosas cambiaban en los 60 y él no se acomodaba. Se fue a su gran casa, llamada Graceland, que había sido una iglesia de Memphis; desde 1961 se arrejuntó con la entonces casi niñita Priscilla Bonlieu, con quien se casó siete años después y tuvieron una hija, Lisa Marie. Pero Elvis ya había permitido que el coronel Parker eligiera las canciones y las películas, que no eran para nada sus ondas de trailero. Suspendió las jiras y se fue recluyendo con un grupo de amigos, obviamente parásitos, conocidos como "la mafia de Memphis".
Durante años casi no tuvo éxitos discográficos y se dedicó a hacer decenas de películas; no sólo eran malas, sino que ni los soundtracks servían. Las más rescatables, con la manga...
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