Empieza una nueva vida

AutorJavier Garduño

Lo peor para Emanuel y su familia ya pasó, pero aún faltan épocas difíciles, pues el niño de 3 años de edad necesita terapias para disminuir los daños que sufrió al recibir el impacto de una granada de fragmentación en Amecameca, el 7 de junio.

"Ma, caí... ma, caí", le dice Emanuel a su mamá, cuando se acuerda de la herida que aún tiene en la cabeza.

El pequeño, quien el 21 de enero cumplirá 4 años de edad, puede hablar, comer, ve bien y reconoce a todos, pero perdió la movilidad del brazo derecho y le cuesta trabajo mover la pierna derecha.

"No se quiere quedar solo y se asusta con los ruidos fuertes", lamenta Juana, su madre.

Para la doctora María del Carmen Neri, coordinadora del servicio de pediatría del ISSSTE Zaragoza, el pronóstico es reservado, porque se podrían presentar secuelas en el futuro, ya que algunas esquirlas le quedaron incrustadas en zonas profundas del cerebro.

"La rehabilitación va a cambiar un poco nuestra forma de cotidianidad, porque tenemos a una bebita recién nacida, tenemos a otro niño en la escuela, y él.

"(Vamos a) tratar de buscar otra forma, otro modo de poder ingresar un poco más de otro dinerito para poder dar todas las atenciones que él quiere en cuestión de sus terapias", dijo José Luis, padre del niño, quien al igual que su cónyuge es policía de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP).

La familia no ha recibido ninguna indemnización, ayuda legal o sicológica por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), que no ha capturado a...

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