Empieza la primavera a los 101 años

AutorBlanca Ruiz

Múltiples son las imágenes en la memoria de Mariana Frenk-Westheim, pero hay algunas que, a los 101 años, aún despiertan su emoción y, de alguna manera, simbolizan su vitalidad.

"Hay una fotografía que me gusta mucho: un hombre y una mujer, una pareja mayor, con abrigos largos, caminan en el parque entre los arbustos, y al verla se siente el olor a la primavera, Manuel (Alvarez Bravo) me la envió con una tarjeta hace años, es una obra de arte".

Esta imagen, titulada "Empieza la primavera", fue realizada en 1960, cuando Mariana tenía alrededor de 62 años. No, no es ella quien aparece en la fotografía, pero pudiera serlo: tomada de la mano de su compañero en ese entonces, el crítico de arte Paul Westheim, Mariana le abre la puerta a los árboles, tal como hoy, cuando sigue su camino sola, y no se cansa de decir sí a la vida, a las flores y a las plantas, la ternura, alegría. La luz.

Traductora, crítica de arte, escritora, la dulce dama digna, como la llamó Cristina Gálvez, ofrece un par de horas, muchas palabras, una anécdota, algunos consejos, varias tazas de té y agua de jamaica, para conversar de homenajes, amigos y mañanas.

Pocas son las mujeres que, como ella, pueden gobernar la edad y no dejar que la edad las gobierne. Amanecer al centenar de años en un cuarto bañado de sol, sonreír y pensar en las flores que se abren, mientras en su estancia, sencilla y a la vez cálida, la palma llegó al techo y sus largas hojas delicadas caen como lluvia, verde y silenciosa.

Afuera, por el amplio ventanal del departamento ubicado en Campos Elíseos (Polanco) se observan los edificios altos y anuncios que ocultan las montañas de ayer; allí, dentro, dibujos, pinturas, entre otras, firmados por David Alfaro Siqueiros y Roger von Gunten.

En el centro de la pared de la sala está la huella de la pintura de Antoní Peyrí, que integra la exposición homenaje que le dedica el artista catalán y que después de su presentación en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, se prepara para ser difundida en España.

"Hace dos años me dedicaron un homenaje que todavía me parece más asombroso: un congreso sobre Juan Rulfo en Alemania (Mariana fue la primera traductora de Rulfo al alemán)".

Pero en el caso de la pintura, Peyré le hace un homenaje permanente, ¿cómo es la convivencia diaria con la pintura?

"Bueno, es una convivencia que no siempre habla, pero siempre existe, el afecto a la pintura es más allá de las palabras, ya uno es parte de la pintura y la pintura parte...

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