Empleo: Promesa incumplida

AutorCarole Simonnet

Hace seis años, Leonarda Jiménez ganaba el sueldo mínimo pero lograba con horas extras y bonos de productividad sumar mil 200 pesos a la semana, unos 170 pesos diarios. Con la ayuda de su cónyuge, a duras penas podía sacar adelante a sus hijos de 20 y 10 años.

El 1o. de febrero de 2006 detuvo su máquina de dos agujas con la que incansablemente cosía los arcos a los brassieres que llegaban uno tras otro a su mesa de trabajo, porque en su empresa -Vel Form- irrumpió el candidato Felipe Calderón. A 13 días de iniciada su campaña, el panista llegaba a promoverse como "el Presidente del empleo".

Mientras el político recorría el lugar en el que 400 costureras se afanaban en ganarse la vida a destajo, se comprometió a hacer despegar las tasas de crecimiento económico para atraer inversión, mejorar sus condiciones laborales con mayores ingresos y prestaciones; resolver sus problemas de transporte y ofrecer guarderías para sus hijos.

Ese día, ante quejas de algunas de las empleadas por sus condiciones de vida, reconoció que no tiene varita mágica para solucionar todos sus problemas cotidianos. "Yo sé que es muy fácil prometer que yo voy a repartir dinero a todos porque soy Santa Clos etcétera. No, yo sé que el dinero del gobierno no alcanza para todo, pero a lo que debe ir es a educación de calidad, salud, servicios básicos y seguridad pública", mencionó.

Hoy, esta costurera de 46 años sigue cobrando el sueldo mínimo pero ahora percibe, si bien le va, 718 pesos a la semana. En lo que va de este sexenio, fue despedida dos veces y cuando la empresa la recontrató ya tenía otra razón social -Reynavel-, por lo que perdió su antigüedad. Se acabaron también los vales de despensa y la ayuda para la compra de útiles escolares.

"Nada de lo que dijo lo cumplió. Ganamos menos, nuestro sueldo es de 583 pesos con 95 centavos, apenas 60 pesos al día. Tenemos menos prestaciones y la vida es más cara. Estoy pagando casa del Infonavit, 150 o 200 pesos me vienen quedando a la semana si me va bien. ¿Qué hago con eso? Trabajamos de 8:00 de la mañana a 5:30 de la tarde de lunes a viernes y a veces venimos el sábado cuando hay pedidos para sacar un poquito más. Pero todas tenemos deudas", dice esta mujer menuda que después de la entrevista corre apurada para subirse al pesero y llegar a su casa antes de que caiga la noche.

A pesar de su situación, agradece al dueño por recontratarla, porque cuando tocó las puertas de otras empresas de confección de ropa se topó con letreritos humillantes que decían "buscamos a chicas de 20 a 35 años". Y en mucho lugares, ni contrato otorgaban.

Leonarda es una de las 70 costureras que sobrevivió a la visita de Calderón y a la crisis económica que pegó al país. Las otras fueron despedidas cuando la fábrica, ubicada en la calle Añil en la colonia Granjas México, casi quebró y tuvo que reinstalarse en un taller chiquito, localizado en el cuarto piso de un edificio de la calle Avena, a espaldas de su anterior centro de trabajo.

"Este señor dijo que sería el Presidente del empleo. ¿Cuál empleo? Ha habido mucho desempleo, desde que puso un pie en Vel Form, fue como una salación (sic) para todas: al poco tiempo todo se vino para abajo", cuestiona a su vez Alejandra Ortega, una madre soltera de 48 años que gana también 60 pesos al día y gasta 30 pesos en pasajes para ir y venir del Estado de México.

Martha Guadalupe López, de 51 años y con una experiencia de 29 años como costurera, atribuye también el deterioro de sus condiciones a la importación sin control de mercancía china. "Había un socio mayorista aquí pero ya no quiso invertir porque quizá es una cosa que ya no es redituable. Entra mucho lo chino y a nosotros eso nos afecta muchísimo porque la gente ya no compra, aunque esto es nacional y bien hecho", lamenta.

Déficit de empleos formales

El caso de las costureras ilustra el fracaso de la política laboral de Felipe Calderón, cuya administración se caracteriza por el aumento del desempleo, la inestabilidad y precariedad de los empleos y el crecimiento del sector informal.

"A finales del sexenio de Fox estábamos mal, ahora estamos peor. En términos absolutos los nuevos trabajadores que buscan empleos son más que en 2006. La generación de empleos formales ha sido muy raquítica y cubrió aproximadamente la sexta parte de los empleos que se requieren, muchos han tenido que irse al sector informal y otros también a Estados Unidos", afirma Gerardo González Chávez, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

En campaña, Calderón aseguró que generaría entre un millón y un millón 200 mil empleos al año. Así lo plasmó en el libro El hijo desobediente, una autobiografía que publicó en 2006, poco antes de las elecciones presidenciales y en el que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR