Empresa / Siempre sí

AutorAlberto Barranco Chavarría

De hecho, el asunto habría pasado de noche de no ser por un pequeño detalle: a los auditores responsables de la última revisión de los libros de la intermediaria fundada en 1992 en la fase previa a la liquidación del cascarón, concretamente al despacho KPMG Cárdenas Dosal, les empezaron a saltar las cuentas, es decir no empataban las pérdidas reportadas con las efectivas, fruto en su mayor parte de operaciones especulativas audaces...

Y como más vale tarde que nunca, hete aquí que a la callada el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), en su calidad de responsable de la liquidación, presentó hace un mes una querella ante el Ministerio Público Federal contra quien resulte responsable.

Como se recordará, la explicación ofrecida al momento de la intervención de la intermediaria era que ésta simple y llanamente carecía de capital suficiente para seguir operando. De hecho, la primera medida que se tomó fue convocar postores para su capitalización... a cambio, naturalmente, de asumir el 100 por ciento de sus acciones.

La salud perdida de la intermediaria, se decía, la restituiría una inyección de 820 millones de dólares, de los cuales 220 apuntarían a la reposición del capital perdido y 600 para cubrir el boquete restante, según la cuantificación de los propios interventores.

La convocatoria se estrelló en la indiferencia, por más que por ahí levantó la cabeza el presidente de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, sin meterle mayor enjundia a su propuesta inicial.

Así las cosas, se optó por la liquidación ordenada, cuyo costo le significó al país una erogación de 2 mil 800 millones de pesos.

El hecho es que los problemas de Quadrum, uno de los bancos autorizados en el último tercio del sexenio salinista bajo la peregrina idea de forzar un escenario de competencia frente a los 18 bancos comerciales reprivatizados, empezaron a aflorar 6 años después, ante la denuncia sobre presuntas operaciones temerarias que plantearon ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores dos de sus accionistas fundadores... quienes terminarían por aventar el arpa.

Por inaudito que parezca, la intermediaria, por ejemplo, había aceptado otorgarle una línea de crédito a los propietarios del grupo Sidek, José y Jorge Martínez Güitrón, cuando propios y extraños sabían que el consorcio con sede central en Guadalajara se ubicaba en quiebra técnica al ser mayor el valor de sus pasivos que el de sus activos.

De hecho, en la certeza de que para la Banca...

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