Encanto aperlado

AutorFrida Celaya

Durante años, las perlas han sido sinónimo de elegancia, pureza y prestigio; incluso en algunas culturas asiáticas son consideradas símbolos de divinidad y poder.

De belleza natural, brillo profundo y figuras peculiares es uno de los elementos más codiciados para adornar la feminidad y la delicadeza. La importancia de una perla se determina por su forma, color, lustre y tamaño, al igual que por su calidad, superficie y nácar.

Las perlas pueden ser naturales o cultivadas, de agua dulce o salada, y, de acuerdo al tipo de ostra, la zona y el tiempo de formación, se pueden obtener variantes completamente diferentes entre ellas, lo que les otorga su valor único e incomparable.

Para que se formen, es necesario introducir en la concha de un molusco un organismo diferente al suyo, provocando que éste reaccione y comience a cubrir la partícula con capas de nácar que poco a poco forman piezas preciosas.

Las especies más valiosas son también conocidas como calabazo. Destacan por ser las perlas más grandes y perfectas, pero también las más escasas, pues además de su gran tamaño, su lustre...

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