Encuentro de épocas

AutorAndrea Martínez de la Vega

El pasado y el presente se tocan en estas propuestas arquitectónicas, en las que lo viejo toma un papel preponderante en lo referente a la estética y armoniza con lo nuevo.

Las consecuencias del paso del tiempo se hacen patentes no sólo en los cambios de tendencias y avances tecnológicos, sino también en las técnicas de manejo de materiales y los resultados de las mismas.

Así, elementos antiguos que han caído en desuso, como pisos de mosaico o el trabajo realizado en molduras y herrería, se conservaron en estas propuestas y se integraron con reformas actuales, que dan nueva vida a los proyectos.

Los resultados son variados, pero coinciden en que reflejan una celebración del pasado y sus efectos, así como en que dan una personalidad y carácter a los espacios imposibles de imitar.

Estética de la memoria

· IGNACIA GUEST HOUSE

· Factor Eficiencia + AG

· Ciudad de México

Los recuerdos de Ignacia, una mujer de Guerrero que trabajó en esta casa de la Colonia Roma por más de 70 años, sirvieron para elaborar el proyecto a partir del cual se llevó a cabo su rescate arquitectónico.

Construida en 1913 al estilo de una villa neoclásica, la casona fue modificada por las firmas Factor Eficiencia, encargada de la arquitectura, y AG, del diseño interior.

Aspectos como la paleta de color, la privacidad de los espacios e incluso la jardinería, inspirada en los bosques de Guerrero, se relacionan con las memorias de Ignacia.

"Ella fue la única persona que habitó la casa durante 71 años ininterrumpidos. Con este proyecto quisimos rescatar la memoria de quien fuera el ama de llaves", expuso Fermín Espinosa, de Factor Eficiencia.

"Ignacia disfrutaba la casa como si fuera de ella y, al final, prácticamente lo fue. La conoció hasta su último rincón y la administró con rigurosa disciplina. Plantó dos naranjos en el jardín, donde descansaba y que cruzó incontables veces".

Además de los naranjos, la residencia, convertida en hotel, conserva otros elementos arquitectónicos, entre ellos su planta original.

"Es un inmueble que, por su edad y sus características, tiene un valor arquitectónico y artístico único, por lo que se encuentra protegido por el INBA y el INAH", señaló Espinosa. "Cualquier modificación estructural debería ser autorizada previamente por dichas instituciones".

Entre los detalles conservados por los creativos se encuentran también las molduras y la yesería. En una primera restauración de la construcción, realizada en 2004, se recurrió a artesanos yeseros que replicaran las molduras originales de la casa, en las que se aprecian motivos de flores y frutas.

"Se hicieron moldes de los que se conservaban en buen estado y se pintaron a mano siguiendo el patrón original", relató el creativo.

"En la segunda intervención, iniciada en 2016, se retomaron las molduras previamente restauradas y se replicaron las molduras típicas de la época en todas las áreas comunes, que hoy funcionan como recepción, estancia y comedor".

CARÁCTER INTERIOR ÚNICO

Si bien se conservaron la cancelería y puertas originales de la casa y se rescataron los pisos de duela, el nuevo uso requirió la construcción de un edificio en donde se ubican cuatro de las cinco habitaciones.

La coexistencia entre el edificio histórico y el más reciente está mediada por el patio central, que tiene un cuerpo de agua al centro, los...

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