Encuentros con México/ Hacia la sierra poblana (II)

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortiz de Zárate

"Todo es viaje, todo es búsqueda"

Henry Miller

Tulancingo (Continúa)

Le sugerimos que no deje de visitar los jueves el tianguis, donde además de adquirir sus excelentes productos textiles (sarapes, gabanes, suéteres, chales, cobijas, vestidos, faldas, camisas), podrá degustar la gastronomía de la región, representada pormonguis, barbacoa, patas de cerdo y tamales, platillos que podrá saborear cualquier día de la semana en los restaurantes campestres cercanos a la ciudad. Además de su sabroso pan, sus mermeladas, conservas y licores de variadas frutas, Tulancingo le ofrece sus famosas sidras y una estupenda variedad de quesos, ya que la región es una de las cuencas lecheras más destacadas del territorio nacional.

En las últimas décadas, el desarrollo industrial y cultural ha propiciado un inusitado flujo de visitantes, por lo tanto, Tulancingo ha dejado de ser únicamente la puerta de entrada a la sierra poblana y a la parte norte del Golfo de México, para convertirse en un asentamiento que merece una visita minuciosa.

Huapalcalco (a 2 Kilómetros; 5 Minutos)

Para arribar a la zona arqueológica, asiento del Tulancingo prehispánico, hay que tomar la avenida Juárez, cruzar en línea recta la carretera federal y doblar a la derecha al llegar a una miscelánea denominada Arriba la Zorrita.

Los accesos de terracería son dos; ascender por el segundo, flanqueado por mojoneras. En un claro entre milpas, nopaleras y magueyes debe estacionarse el automóvil y caminar 300 metros.

En ésta área, aún sin explorar en su totalidad, se erigió una de las más grandes ciudades del imperio tolteca. La leyenda cuenta que en este sitio perteneciente al periodo Preclásico, vivió Quetzalcóatl antes de gobernar en Tula. Los vestigios que contemplamos actualmente son escasos. El denominado grupo VI está constituido por una plataforma artificial sobre la que se construyeron en distintas épocas estructuras de muros inclinados. Al centro de la plaza se yergue una piedra ceremonial frente al único basamento de considerables proporciones que se encuentra derruido en parte y recuerda el arte constructivo de Teotihuacan. El asentamiento está protegido por grandes macizos de roca que evocan, en ciertos lugares, a las fantasmagóricas estructuras orogénicas que cobijan a Tepoztlán en el estado de Morelos. No espere un monumento espectacular, pero sí una arquitectura armónica emplazada en un lugar luminoso. En el trayecto hacia las dos oquedades que hay en la montaña, el viajero...

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