Encuentros con México / Cantona, la casa del sol

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

"En el aire hay veredas para el viaje de mis ojos"

Alberto Hidalgo

Tepeyahualco

A 17 kilómetros de Oriental; 16 minutos

La etimología nos dice que Tepeyahualco significa "En el cerco de cerros", y así lo comprobamos al arribar a la pequeña población, tan olvidada e incomunicada durante años. Sus primeros pobladores fueron olmecas, luego teotihuacanos y por último nahuas. La fundación hispana data de 1556.

El poblado está engastado en la parte central de un "malpaís" (zona cubierta por el derrame de lava basáltica), rodeada de terrenos accidentados por un lado y por otro de pantanos y lagunetas. La vegetación abunda en izotes (especie de palma silvestre conocida como yuca en otros lugares), mezquites y magueyes.

Su plaza principal, la parroquia dedicada a san Pedro Apóstol (1720), el edificio de la antigua presidencia municipal (en breve será museo regional) y la abandonada casona llamada de Tirso (siglo 18; se dice que fue encontrado el anillo matrimonial de la emperatriz Carlota), constituyen el conjunto más preciado de la localidad.

Guiados por Julio Iglesias Limón, un adolescente de 15 años apasionado por la historia de su pueblo, de las haciendas del municipio y de la zona arqueológica de Cantona, la cual recorrió varias veces acompañando a su abuelo, don Juventino Limón Limón, quien murió hace tres años, ingresamos a varias residencias centenarias bastante derruidas para examinar la deteriorada elocuencia de una época próspera y las imágenes que acumulan jirones de añoranzas.

Por último visitamos la Sala Caltonac, el reducido museo que aloja las cerca de 5 mil piezas que a lo largo de 63 años rescató don Juventino en la zona arqueológica. El sitio está bien resguardado. El museo se puede visitar previa cita al teléfono 01 (282) 828-8020. En justo homenaje a don Juventino, quien no permitió que las joyas prehispánicas salieran de su terruño para perderse en los oscuros sótanos del INAH, el futuro museo regional debería llevar su nombre.

Cantona

A 7 kilómetros; 12 minutos. Parte de la carretera es de terracería; en un par de meses estará toda asfaltada.

El nombre de Cantona nos parece inadecuado. Las guías elaboradas por el INAH sugieren que sus habitantes utilizaban este nombre para indicar una región (cantón), o una gran casa (cantona). Don Juventino Limón, afirmaba, basado en las investigaciones de especialistas en etimología náhuatl, que el auténtico nombre de la zona arqueológica es Caltonac (de calli, casa; Tonatiuh, sol; c, lugar...

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