Encuentros con México / Destinos que cautivan (II)

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

Ixtapan de la Sal (continúa)

Además de las prodigiosas aguas curativas de Ixtapan de la Sal, de su vegetación caprichosa y exuberante, su clima agradable (la temperatura media anual es de 17.9 °C) y sus palmeras datileras, la comarca ofrece diversos incentivos: sembradíos de claveles y crisantemos, elaboración de diversas artesanías (en el cercano pueblo de Tecomatepec se manufacturan rebozos, figuras talladas en madera de copalillo, objetos de cerámica vidriada y variados textiles) y, naturalmente, los paseos por la historia del planeta cuando nos adentramos en los espacios subterráneos que en distintas épocas sirvieron de refugio, cementerio o ámbito sagrado.

Tonatico

A 5 kilómetros; 4 minutos.

La calma habitual de Tonatico, el "lugar del sol" o "lugar consagrado al sol", se resquebraja desde los últimos días de enero hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria, cuando 3 millones de peregrinos, según informan los cronistas, llegan a la población para celebrar a Nuestra Señora de Tonatico en el precioso santuario edificado en el siglo 17, época en la cual se mudó el pueblo entero de su localización prehispánica original a su lugar actual.

La Tonatico azteca fue fundada en 1189 y la hispana en 1650. La construcción del santuario ocupó varias décadas, por ello la mirada paseará del barroco al neoclásico. El recinto religioso posee una gran riqueza en pinturas, objetos y muebles coloniales. La imagen de la Virgen María es la más preciada de sus joyas.

En la capilla del Calvario (siglo 16), el espacio evoca esplendores lejanos, como los que apreciaremos desde los miradores Punta de Tenantitlán y Cerro de la Cruz. A un kilómetro del poblado se encuentra el Salto de Zumpantitlán, más conocido como Parque del Sol.

La caída de agua de 40 metros de altura se disfruta; sugerimos la que se observa al cruzar el puente colgante de unos 50 metros de largo y que se mece a unos 50 metros de altitud. Cerca se encuentran otras caídas de agua más pequeñas: La Muñeca, El Saltito y el Salto de los Albarranes.

Hay que recorrer las calles por la tarde. En estas fechas el crepúsculo es fogoso, intenso. Las artesanías de otate y carrizo y los petates de palma encienden a esas horas matices otoñales. Varios artesanos producen trastecitos de juguete en barro vidriado y algunas mujeres manufacturan canastitas miniatura que se venden en grandes cantidades durante las posadas decembrinas.

El dulce más típico de la zona es la palanqueta de cacahuate y piloncillo que se...

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