Encuentros con México / Es la Asunción un barrio entrañable (IV)

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

"Ah tlamix noxochiuh / ah tlamiz nocuic / in noconehua / xexelihui ya moyahua". (No acabarán mis flores / no cesarán mis cantos / yo cantor los elevo: / se reparten, se esparcen")

Colección de cantares mexicanos

Barrios de Xochimilco (continúa)

Para nosotros, la capilla del Barrio de San Juan Tlacoapa (1730), de riguroso y sencillo estilo franciscano, es una de las más bellas de Xochimilco, tal vez por su cuerpo alargado y estrecho. Frente al recinto religioso se eleva un sabino (ahuehuete), el segundo más longevo en el Distrito Federal. El más viejo es el llamado Árbol de la Noche Triste, casi inexistente. Dicen que Cuauhtémoc trajo el ahuehuete en agradecimiento al último Señor Xochimilca, quien le prestó gente para defender la Gran Tenochtitlan.

A unas cuantas cuadras nos adentramos en el Barrio de la Concepción, cuya capilla (1896) es dueña de un retablo renacentista. Nos cuentan que en alguna época tuvo una hermosa fuente en su atrio. Hasta la fecha nadie ha explicado la desaparición de las fuentes atriales.

En el Barrio de la Asunción, a sólo dos cuadras, le hablarán del xólotl (ajolote), anfibio nativo del lugar preparado en mimixole (entomatado con picante verde, nopales, sal y epazote), un manjar exquisito, y del tlapique. En algunos sitios de la localidad llaman tlapique a un tamal de charalitos acompañado con frijoles negros montados en su epazote. Sin embargo, el tlapique más famoso y auténtico lo encontrará únicamente en este barrio, en el número 73 de la calle Juárez. La señora Ana Lilia Contreras Figueroa lo prepara exclusivamente sábados y domingos.

El tlapique es un tamal sin masa. Sobre una hoja de maíz se coloca una mixtura bien picadita de tomate, chile, poro, cebolla y epazote, y sobre ésta una cama que bien puede ser de mollejas, de pollo u otro ingrediente. Es un tamal grande, para dos personas (30 pesos). El establecimiento es muy apreciado, asimismo, por la excelencia de sus chiles rellenos, sus sopes elaborados con tortilla rellena de frijol y sus grandes quesadillas muy bien condimentadas.

Después de un almuerzo o una buena comida en el establecimiento de la señora Contreras, hay que caminar hasta la esquina de la Plaza de la Asunción y Juárez para rematar con un helado de plátano preparado por don Pablo Flores (87 años). Don Pablo elabora sus helados y nieves desde hace 70 años. De 1934 a 1944, deambuló entre los callejones de los distintos barrios hasta que decidió "estacionar" su célebre carrito "Yolanda" en...

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