Encuentros con México/ Los remansos de las aves ( IV )

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortiz de Zárate

Cuarta de seis Partes

Ruta de la serenidad

"La mayoría de los turistas opta por dar rienda suelta a la ociosidad y dedican largas horas a perder el tiempo tostándose al sol en los balnearios, las albercas de los hoteles o las playas cuando bien podrían dedicarle parte de ese tiempo a disfrutar de las bellezas del entorno y los pueblos aledaños"

Leticia Ojeda y Tomás Verduzco

Hacienda Vista Hermosa (Continúa)

Vista Hermosa fue la primera hacienda del país que se acondicionó como hotel; su éxito fue (y continúa siendo) tan grande que varias haciendas localizadas en diversos estados de la República Mexicana la tomaron como modelo para convertirse en unidades turísticas de primer nivel; sin embargo, consideramos que Vista Hermosa es la más entrañable, por su edad, por los acontecimientos históricos que en ella se desarrollaron, por el encanto que nos arropa a cada paso y, fundamentalmente, porque es un sitio donde abunda la serenidad o se recupera si se ha perdido.

Tehuixtla (a 22.5 Kilómetros; 21 Minutos)

Al sur del lago de Tequesquitengo se localiza esta pequeña y muy apacible población cruzada por el río Amacuzac. A orillas de la corriente fluvial hay un balneario de aguas medicinales propicias para curar las enfermedades de la piel y estimular el flujo sanguíneo. Caminar por las márgenes del río es muy recomendable, pues hay infinidad de recodos donde el agua se desliza en tonalidades relajantes; en ellos el rostro del paisaje se contorsiona con gracia y el placer del descanso nos sumerge en el hechizo inagotable de los murmullos acuosos.

El clima de la región favorece el cultivo del mango criollo, fruto que constituye la principal golosina de los habitantes. A lo largo de la calle principal que conduce a la plaza se colocan puestos que expenden tamales, atole, barbacoa de res y de chivo, antojitos (gorditas de requesón, de chales (así llaman aquí al chicharrón de cerdo) y champiñones, sin faltar los socorridos sopes.

En esta época abundan los guajes, que molidos en molcajete con chile verde bien asadadito producen una salsa de sabor extraño pero agradable, muy empleada para bañar las porciones de cecina; esta salsa, frita en carne de cerdo, es una de las predilecciones gastronómicas del lugar.

De septiembre 29 al día 4 de octubre se lleva a cabo una fiesta con feria para celebrar a San Miguel y a San Francisco. El templo, ampliado y restaurado entre 1993 y 94, esta consagrado a San Pedro, cuyos festejos se realizan el 29 de junio.

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