Enemigos imaginarios

AutorOdette Rivas

Resulta curioso que se diga que el derecho a la información es una moda, cuando desde mediados de la década de los setenta, en que aparece la primera referencia al derecho a la información en nuestra Constitución Política, comenzó lo que hasta nuestros días parece ser un tema muy sensible en nuestro país, situación que se agudiza a principios de la década de los ochenta, en que se generaron acres debates y opiniones contradictorias y controversiales en torno a esta temática por la simple inclusión de la frase "el derecho a la información será garantizado por el Estado", derivada de la reforma del 6 de diciembre de 1977, promovida bajo el régimen del entonces presidente de la República, José López Portillo.

Es en medio de dicho debate cuando el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Juventino V. Castro, con una visión de futuro que sólo los grandes juristas tienen el privilegio de poseer, publicó diversos artículos en la prensa relativos a la defensa del derecho a la información, que tardó casi 26 años en lograr la reglamentación, es decir, la traducción del texto constitucional, para todos los ciudadanos, a través de la publicación de la ley en la materia federal y, prácticamente un año después, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Distrito Federal, ¿dónde está la moda?

Nuestro país ha firmado la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual señala que el acceso a la información pública es un derecho fundamental de los individuos, en que los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de ese derecho y sólo admite limitaciones que deben estar establecidas previamente por la ley, cuando exista un peligro real e inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades democráticas. Comisión ante la que nuestro país acepta competencia para que cualquiera de sus tres poderes públicos reciban comentarios, observaciones y recomendaciones respecto al ámbito de competencia de dicha comisión.

La profesionalización en el tema de la transparencia es toral. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española establece que profesionalizar es dar carácter de profesión a una actividad, y profesión significa empleo, facultad u oficio que una persona tiene y ejerce con derecho a retribución. Con la profesionalización del Consejo de Información Pública del Distrito Federal se garantiza la transparencia e imparcialidad del ente de tiempo completo, es...

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