Enfrenta Adonis el mal con poesía

AutorDaniel de la Fuente

REFORMA/ Enviado

TAMPICO.- No está seguro de que sirva para remediar la añeja tensión entre Oriente y Occidente, pero de lo que sí está convencido Adonis es de que la poesía es el lugar de la conciliación.

"No hay poesía oriental u occidental porque, sencillamente, la poesía es humana", afirma en entrevista el escritor de origen sirio. "No obedece a categorías y sí mantiene su vocación civilizatoria. Por eso cuando digo que la cura contra el fanatismo religioso pasa por la poesía, es porque representa todo lo contrario al monoteísmo".

Desde el puerto de Tampico, donde ayer el autor dio inicio a las actividades de la tercera edición del festival Letras en el Golfo, Adonis reconoce "llorar" ante la situación que viven Oriente y Occidente, mundos a los que observa hoy más que nunca enfrentados.

"Lloro, claro. Lamento todo lo que sucede a mi alrededor. Si se es poeta, por naturaleza se está en contra de la violencia".

Escasamente traducido al español, en títulos como Homenajes (Hiperión) y Mi cuerpo es mi camino (Link), el también autor de El libro de las huidas y las mudanzas por el clima del día y de la noche amplía su reflexión sobre monoteísmo y poesía.

"El monoteísmo es una forma de fundamentalismo, porque un monoteísta no puede aceptar al otro; piensa: 'Yo tengo un único dios, superior al que tiene el otro'. La poesía, en cambio, por definición es acerca del otro: no es acerca de mí, sino del otro. La poesía unifica, da sentido a la humanidad, como el amor, y no tiene nada que ver con geografías, lenguas, civilizaciones y razas".

Por esta razón, Adonis se siente más cercano a poetas occidentales como Rimbaud, Apollinaire, e incluso Octavio Paz, que a muchos autores árabes.

El escritor, quien radica en París, destaca lo trascendental que resulta la poesía frente a la tendencia fundamentalista actual.

"La poesía te deja el sentimiento profundo de que el mundo no está acabado, de que no es algo terminado. Te brinda el sentimiento de que el mundo, todo el tiempo, tiene que ser renovado, redescubierto. En el fundamentalismo, la identidad es una cosa ya hecha, que está detrás de ti, pero en la poesía está frente a ti. Es una identidad pendiente de ser creada".

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