Juan Enríquez Cabot / ¿Privatizar?

AutorJuan Enríquez Cabot

Ante la pregunta ¿es bueno privatizar? hay harta respuesta requeteideológica, visceral e interesada. Pero hay poca evidencia empírica. Por eso es tan interesante lo publicado, esta semana, sobre la privatización bancaria en México, por dos profesores distinguidos, Haber y Musacchio...

A menudo, dependiendo de con quién esté uno sentado, uno puede iniciar terrible batalla verbal con cualquiera de tres cortas frases: Los bancos deberían ser del gobierno. Nunca deberíamos de haber vendido los bancos a extranjeros. O los bancos extranjeros hacen mejor chamba que los nacionales. Claro, si quisiera uno agravar aún más la conversación uno puede agregar, sustituir o insertar simpáticos adjetivos y comparativos a cada una de estas frases: es una tragedia que los canallas banqueros (ahora insertar lo que quiera: del corrupto gobierno, de viles extranjeros o de los bandidos y sacadólares) hagan esto con nuestro sistema financiero.

Lo que es menos común es que uno puede ver evidencia real y empírica de lo que pasó. Y por eso debemos revisar lo que encontraron dos profesores en artículo con aburrido título: "Derechos Contractuales y Aversión al Riesgo: Los Bancos Extranjeros y la Economía Mexicana 1997-2004". Especialmente dado que ambos trabajan en emporios extraordinariamente capitalistas en términos ideológicos, el Instituto Hoover de Stanford y la escuela de negocios de Harvard.

Uno esperaría que los resultados de un estudio hecho en estas instituciones confirmaran el consenso de Washington: abrir mercados es bueno, privatizar también, mayor apertura igual a mayor eficiencia y riqueza. Lo curioso es lo que encontraron.

Éste es uno de los primeros estudios empíricos de qué ocurre, en términos de privatizaciones financieras, en países en desarrollo con mercados imperfectos. La pregunta específica es: ¿qué ocurrió, en términos de préstamos, riesgo y ganancias en la banca mexicana entre 1997 y 2004? Es periodo especialmente relevante porque pasamos de una banca 84 por ciento nacional a una banca 83 por ciento extranjera.

Empíricamente encontraron tres grandes tendencias. Primero, en la medida en que se abrió el mercado, se dio más competencia extranjera y se vendieron los bancos nacionales, los préstamos a individuos y empresas cayeron de manera dramática. Esto es contra intuitivo y contra ideológico. Se supone que mercados abiertos llevan a más competencia, más préstamos, más acceso a crédito. Pero, en el caso de México, los préstamos a individuos y...

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