Enrique Krauze / El misterio de los Millennials

AutorEnrique Krauze

Para Sofía Broid.

Todo mundo habla de ellos, y con razón: son ubicuos, originales, impetuosos e inconfundibles. Son la Generación internética por excelencia. La del Facebook, Twitter, Instagram y tantos otros medios de vertiginosa interacción. Grandes empresas quieren conocerlos para canalizar sus productos. Grandes escritores buscan descifrarlos para vislumbrar el futuro. La literatura, la música y el cine son, acaso, las claves para entender sus predicamentos, su concepto del amor, la amistad, la paternidad. Pero en el caso de la política mexicana una cosa está clara: el 90% de los Millennials la repudia.

Nacida entre 1980 y 1995, la Generación de los Millennials está integrada por los hijos y nietos de los veteranos del 68. Representa el 38.4% del electorado. Se necesita su participación para dar sustancia a la democracia y construir el Estado de derecho que hace falta. Pero es aquí donde la comparación con el movimiento estudiantil del 68 resulta desconcertante.

La población se ha más que duplicado desde entonces y la inconformidad es mayor, pero en las calles de México los jóvenes no se manifiestan. Tampoco participan firmando solicitudes, protestas, manifiestos. Son libres pero tienden a usar su libertad en las redes sociales (que, paradójicamente, sólo un 27% considera útiles como instrumento de participación política). Su crítica en redes sociales rebosa indignación, energía, imaginación visual y humor. También fugacidad. La multitudinaria protesta virtual es alentadora, pero una democracia funcional requiere incidencia concreta en la realidad institucional. Ni modo: alguien tiene que ocuparse de los mundanos problemas prácticos de la sociedad.

Según varias encuestas, la falta de participación revela el desinterés de los Millennials en la política. ¿Por qué? Porque los políticos son deshonestos, porque actuar en política es inútil, porque no entienden de política. Los jóvenes -como es natural, en el contexto que vivimos- anteponen a la política casi todo: la familia, el trabajo, la pareja, el dinero, la escuela, los amigos. Este desinterés se refleja en las votaciones: en todos los estados la participación de los jóvenes ha estado por debajo de la media (62.08%).

En este perfil no me referiré a los llamados "Mirreyes", casta despreciable, sino a los jóvenes con algún ideal más allá del...

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